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domingo, 28 de diciembre de 2025

La lucha de Miguel Angel.


Miguel Ángel no quería el trabajo. Se consideraba escultor, no pintor, y estaba enfrascado en la tumba monumental de Julio II. Discutió con el papa, huyó de Roma en 1506 y solo regresó bajo presión política. Incluso sugirió que su rival Rafael pintara el techo, pero el papa insistió: debía ser él, le gustara o no.
 
Antes de que existiera el célebre techo, la Capilla Sixtina ya era un escenario de poder y arte. Sus muros estaban completamente pintados desde la década de 1480 por gigantes del Renacimiento como Botticelli, Ghirlandaio y Perugino, con escenas monumentales de la Vida de Moisés y la Vida de Cristo. Es decir: cuando Miguel Ángel llegó, el lugar ya era una galería de élite, no un lienzo vacío.
 
 El encargo nació del conflicto y la ambición política. El papa Julio II, conocido como el “papa guerrero”, quería convertir el Vaticano en el símbolo absoluto del poder papal. Tras una gran grieta aparecida en 1504 que inutilizó el techo original —un cielo azul estrellado— decidió borrarlo por completo y reemplazarlo con algo que eclipsara todo lo anterior.
 
El plan inicial era simple… y Miguel Ángel lo destruyó. Julio II propuso solo 12 apóstoles. Miguel Ángel lo rechazó y exigió libertad total. El resultado fue una iconografía radicalmente nueva, inspirada directamente en el Antiguo Testamento, diseñada sin precedentes claros y con múltiples niveles de lectura teológica y política.
 
La obra fue titánica y casi solitaria. El contrato se firmó en 1508 por 3,000 ducados (unos 600,000 dólares en oro actual). Miguel Ángel rechazó el andamiaje colgante de Bramante y construyó uno propio. Pintó prácticamente solo más de 300 figuras, trabajando desde 1508 hasta 1512, en condiciones físicas extremas.
 
El impacto fue inmediato y eterno. El techo se reveló el 31 de octubre de 1512. Según Vasari, la gente quedó “sin palabras”. A los 37 años, Miguel Ángel fue llamado il divino y el techo fue reconocido de inmediato como una de las mayores obras maestras jamás creadas, un estatus que conserva más de 500 años después.
 
De la red... 

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