
... bienaventurado el hombre que confía en el Señor...Es como el árbol plantado a orillas de un río, cuyas raíces penetran hasta encontrar el agua; árbol al que no agobia el calor ni angustian los largos meses de sequía. Su follaje se mantiene verde y produce en todo tiempo jugoso fruto. (Jeremías 17:7-8)
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