En este blog compartiré mi música, poemas, reflexiones,y artículos de contenido histórico. También compartiré trabajos de quienes han sido mis maestros, y todo lo que me apasiona en el mundo de la historia, la espiritualidad y de las artes.
Saga Espiritual - Chadys
Agradezco su aportación
Las donaciones son bienvenidas, y de forma segura a través de PayPal.
Translate
Saludos cordiales:
Saludos amigos del blog!!!! Quiero darles la bienvenida a mi humilde aposento cibernético con el cual comparto desde el año 2009 lo que me apasiona en el mundo de las artes, la historiografía, la música, la literatura y la espiritualidad. Y también escritos originales...
Pueden accesar a mi música en Spotify, YouTube y a los interesados en mis publicaciones literarias, las pueden adquirir en su librería preferida en Puerto Rico, Amazon, eBay, o escribiéndome. Muchas bendiciones!
Visitas al blog
martes, 12 de junio de 2012
Maldecir... Con humor para el mal humor.
Cuando algunas personas maldicen a Dios se maldicen a sí mismos. El pecado y castigo cae sobre ellos irremediablemente. Lo triste es que muchos no saben ni lo que hacen, repiten como el papagayo. El maldecir a Dios es considerado blasfemia y es pecado mortal. Aquél que tiene por costumbre maldecir a Dios lo hace mayormente bajo ignorancia (ver testimonio más adelante). Si en la frustración lo que se busca es desahogarse lo lógico, sabio y prudente es bendecir a Dios con el mismo ímpetu o ahínco que se utiliza cuando algunos "ignorantemente" le maldicen. Se logra el fin del desahogo y a su vez se bendice a Dios... y a uno mismo ipso facto, por causa y efecto. Si eres ateo; pues simplemente utiliza epítetos coloridos y creativos. El ateo sabio no blasfemará por respeto, o simplemente "por si acaso"...Mayormente "por si acaso".
La verdad que a estas alturas; con todo lo escrito y probado, aquel que maldice a Dios, o es un satánico (reconocidos legalmente por lo menos en los Estados Unidos desde 1966, nos guste o no...) o simplemente es un verdadero y probado pendejo. Lo triste es; como decía el maestro Facundo Cabral, que el problema con los pendejos es que son demasiados...
Artículo complementario (extractos):
La blasfemia es un pecado nefasto (fragmento)
Donde hay un blasfemo, él solo es capaz de echar a perder la fe y las buenas costumbres de una casa o de una entera familia. Con los insultos que salen de su boca y que brotan de su corazón malvado, enlodaza la conciencia de los niños y de los jóvenes que lo escuchan, y que después se sienten justificados a repetir lo que oyen.
Un amigo me refirió la siguiente anécdota. Conoce a un padre de familia vecino suyo, de carácter muy impulsivo. Cierto día llegó del trabajo de mal humor, se enfadó con su mujer por nada y dejó salir una asquerosa blasfemia. La señora trató de calmarlo, pero se enfadó más y para demostrarse “muy hombre” dejó salir otra blasfemia, en voz más alta. Cerca estaba jugando su niño de cuatro años. Intentaba cabalgar en su caballito, pero se rompió. Se levantó el niño y repitió la blasfemia oída a su padre. Fue como un trueno del cielo; la madre se quedó en blanco y dejó caer el plato que tenía entre las manos. El padre, pálido de vergüenza y tocado en su corazón, se dio cuenta del tremendo mal que hacía con su arrogancia y estupidez humana. Entonces se hizo el propósito de no volver a blasfemar en su vida. -Dios quiera que se mantenga fiel a su promesa-. ¿Por amor a su hijito? Está bien, pero sobre todo debe hacerlo por no ofender el Santo nombre de Dios y por salvar su alma.
El que blasfema escupe al cielo y arroja piedras contra su propio tejado.
¿Qué dice el Catecismo de la Iglesia católica? (fragmento)
Nº 2148:
La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en proferir contra Dios -interior o exteriormente- palabras de odio, de reproche, de desafío; en decir mal de Dios, faltarle al respeto, en las conversaciones, usar mal el nombre de Dios. Santiago reprueba a "los que blasfeman el hermoso Nombre (de Jesús) que ha sido invocado sobre ellos" (St 2,7). La prohibición de la blasfemia se extiende a las palabras contra la Iglesia de Cristo, los santos y las cosas sagradas. Es también blasfemo recurrir al nombre de Dios para justificar prácticas criminales, reducir pueblos a servidumbre, torturar o dar muerte. El abuso del nombre de Dios para cometer un crimen provoca el rechazo de la religión.
La blasfemia es un pecado diabólico.
“Si crees en Dios, comprenderás que es un disparate insultarle. Y si no crees, ¿a quién insultas?” (P. Jorge Loring). Cuando escuches una blasfemia, aparta de tu corazón las palabras injuriosas y repara con una jaculatoria. Si puedes intervenir delante del blasfemo, di: “Alabado sea Dios”. Si lo dices en voz alta, mejor; y si no te atreves, al menos dilo en voz baja.
Tomado de: http://es.catholic.net/temacontrovertido/174/2922/articulo.php?id=15708
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario