
Hay maneras y hay maneras. Es de mala educación tener que esperar por alguien que se da un puesto ridículamente innecesario, o que simplemente no toma las llamadas ni responde los mensajes de correo electrónicos. Cuando a nosotros nos solicitan algo, sencilla y sinceramente decimos si estamos disponibles y para cuándo, así dejamos las cuentas claras, las puertas abiertas y quien solicita entenderá nuestra disponibilidad y limitaciones. Pero esto de uno tener que estar escribiendo o llamando y no recibir una simple respuesta es una total falta de consideración y de humildad.
Mis amigos; el error hay que señalarlo siempre y condenarlo, aunque nos cueste. El que lo comete decide, mejorar o irse al otro bando, eso es cosa de ellos. Decir lo que sentimos tal y como lo sentimos forja nuestro caracter y demuestra nuestro verdadero compromiso con la verdad, con Dios.
Oración:
Señor; en tu manos ponemos a esas personas de las cuales dependemos y nos han dado su palabra. Que el recuerdo de su compromiso hasta el momento incompleto o inconcluso y vuestro concepto del deber carcoma su conciencia y ablande ese duro corazón, para que reconozcan que al igual que tu hijo, él o ell@s vinieron a este mundo a servir y no a ser servidos. Renuévales sus métodos Señor, muéstrales cuáles son los tuyos, para que sean imagen tuya, y entonces vuelvan a ser vistos como personas verdaderamente cristianas ante tus ojos, y ante los nuestros Señor. Amén.
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