Como podremos entender, siempre habrán dos factores importantes para perseverar y que se lleve a cabo el plan de Dios en nuestras vidas, muy a pesar de nuestros egoísmos y pasiones. La oración y la humildad. Dios conoce nuestras malas inclinaciones, a lo que somos propensos. Es específicamente en esos momentos cuando debemos abrirnos más ante El en oración y exponerle nuestros deseos o situación humildemente... No hagamos como Saúl que con su enferma hambre de poder desobedece a Dios y luego persigue al ungido, David. Tampoco hagamos como David, que desea la mujer ajena y envía a muerte al esposo, este gran error lo paga su prole. Tampoco hagamos como Salomón, hijo de David, al cual Dios le prohibe casarse con mujeres paganas, y este se aleja de Dios. Por mencionar solo tres ejemplos...
Si todos estos hombres escogidos por Dios fallaron, qué será de nosotros si nos alejamos de la oración?!
La misma que alimenta la humildad y nos mantiene aferrados a los caminos del Padre?!
En ésto fallaron estos tres grandes de Dios, en la continuidad en la oración. Llegado el momento se creyeron capaces solos y fallaron, pagando grandemente sus errores.
Dios, en su omnipotencia, se encargará de nuestras, vidas, deseos y pesares cuando no podamos más. Lo importante es mantenernos aferrados a El, alimentando siempre la esperanza de un mejor mañana y siguiendo los mandamientos. Luego de la prueba nos toca volver a abandonarnos a su Santa Voluntad, y con paciencia esperar su bendición. Porque confiamos, y Dios siempre paga el 100%. Recuerda una cosa hermano. Hay veces que hay que esperar, y otras hay que actuar... pero siempre hay que orar para pedir discernimiento. Bendiciones!
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