En situaciones como la compartida en la imagen es donde demostramos de qué estamos hechos, si nuestra fe, humildad y corazón son genuinos o mera superficialidad. Pregúntate: Ayudaría a quien me lastimó de este necesitarlo? Le brindaría la mano? Sería solidario con él en su necesidad? Recuerda que una cosa es perdonar, y la otra es el cómo te relacionarías con la persona nuevamente. El perdonar siempre es necesario. Al perdonar ponemos un preso en libertad, y ese preso somos nosotros mismos. El cómo volver a relacionarte lo decides tú, y sea de la manera que sea, entendemos que no estaría mal, porque las relaciones hay que trabajarlas, cuidarlas, amarlas, valorarlas... ganarlas.
Del árbol caído todos hacen leña
28/05/2012 por Profa. Elizabeth Vargas
Lo dice un refrán y lo podemos observar en diferentes momentos de la vida. “
Del árbol caído todo el mundo hace leña“.
Nos duele cuando somos nosotros los que estamos en el piso y los demás
en vez de extendernos la mano nos empujan y nos aplastan para que no
podamos levantarnos. Pero qué pasa cuando es un familiar, un amigo o un
desconocido el que está atravesando un momento de debilidad, de
adversidad y dolor.
Es interesante ver como las redes sociales descubren
lo que somos y lo que podemos dar. Así es, dice la Biblia que “de la
abundancia del corazón habla la boca”. De esa misma manera podríamos
decir que lo que hay en tu corazón se refleja en las redes sociales, en
lo que escribes, en lo que compartes. Hoy leía como uno de mis
contactos se expresaba de una noticia que salió publicada en un rotativo
de mi País. Solamente los que estaban en ese momento saben lo que
sucedió, pero nosotros, a veces, nos creemos jueces y nos encanta emitir
y dictar sentencia sobre lo que vemos que ocurre a nuestro alrededor.
Se nos olvida que la palabra de Dios también dice “no juzgueis para
que no seais juzgados porque con la misma vara que medís serás medido”.
Entonces, decimos amar al Señor, nos damos golpes de pecho profesando
religiones, pero se nos olvida un mandamiento muy sencillo: “amarás a tu
prójimo como a ti mismo”. Entonces, la pregunta es: ¿tú te amas?, ¿te
valoras? Por consiguiente, si te amas y valoras no deseas que nadie te
lastime. Hay un pensamiento de un filosofo que dice que “no le hagas a
otro lo que no quieres que te hagan a ti”.

Tengo
que cuestionar: ¿tú eres perfecto(a)? ¿nunca has fallado? Porque otro
pasaje bíblico establece que “el que esté libre de pecado que tiré la
primera piedra”. De que nos vale ir a una iglesia y aparentar ser los
más espirituales si cuando el prójimo cae, sufre, se duele, en vez de
ayudarlo a levantar lo señalamos, lo criticamos y lo empujamos para que
no pueda volver a levantarse. Evalúa tu vida, ¿quieres construir y ser
de bendición o deseas destruir y hacer leña del árbol caído?
Tomado de: http://masquevivir.com/2012/05/28/del-arbol-caido-todos-hacen-lena/
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