El corazón, el Templo preferido de Dios. Toda filosofía está limitada a su tiempo histórico, pero el corazón puede romper los parámetros de la historia y crear caminos nuevos. Solo cuando su portador escucha el susurro de Dios y se deja guiar libremente por él.
El corazón es la clave, guarda la llave, ilumina el camino y guarda tus mayores tesoros: El Amor, el alma, y a la llama divina de Dios en tí.
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