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Saludos amigos del blog!!!! Quiero darles la bienvenida a mi humilde aposento cibernético con el cual comparto desde el año 2009 lo que me apasiona en el mundo de las artes, la historiografía, la música, la literatura y la espiritualidad. Y también escritos originales... Pueden accesar a mi música en Spotify, YouTube y a los interesados en mis publicaciones literarias, las pueden adquirir en su librería preferida en Puerto Rico, Amazon, eBay, o escribiéndome. Muchas bendiciones!

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jueves, 9 de mayo de 2013

El arte de la pesca, la caza y el amor.


Vivir la vida es como ir de pesca, uno no sabe lo que caerá en las redes, si el señuelo funcionará, o algunas veces si el mango será capaz de soportar el peso del pez...Inclusive; uno no sabe siquiera si habrá pesca.

Tanto en el arte de la vida como en el arte del amor podemos realizar cierta analogía con los artes de pescar y de cazar. En un tiempo de la historia de la humanidad era una necesidad, pescar, cazar o recolectar. Se hacía una de las tres o se moría de hambre. En estos tiempos más complejos continuamos igual, solo que una parte de la sociedad distribuida a través del mundo, en diversidad de compañias, y con métodos de capacidad industrial, continúan haciendo lo mismo: Pescar, cazar, recolectar.... y cultivar. O se hace, o morimos.

En el arte del amor los seres humanos somos cazadores y pescadores, tanto la mujer como el hombre, tenemos diferentes métodos, pero somos cazadores y pescadores. Bueno; también hay recolectores, esos que no supieron pescar  o cazar y toman de lo que encuentran por ahí, los recolectores se pueden dividir en aves de rapiña, que devoran cuanto encuentran a su paso, y los que suplican amor, esos que la baja autoestima o las pasadas experiencias negativas les mantienen atrapados en un total abandono, o menosprecio de sí mismos. Estos toman lo que aparece, se conforman con cualquier cosa. También hay excepciones a la regla, como el que no le importa lo que va o viene, pero éstas son excepciones a la norma.

La razón principal de este breve artículo es para aquellos cazadores y pescadores...del amor. En el arte de la pesca, dependiendo de lo que se vaya a pescar, se escoge el señuelo y el hábitat, en el arte de la caza el lugar y las armas a utilizar. Se establecen varios planes, por si uno falla, trabajar rápidamente el otro, para no perder la presa, o que otro cazador o pescador la tome. Siempre habrá competencia. Se va vestido de acuerdo a la ocasión, muchas veces camuflado, tanto de cuerpo como de intención. O muchas veces mostrando parte de la recompensa a quien se deje pescar o cazar.

En el arte de pescar o cazar amor debemos tener en claro si como humanos rapaces, vamos a devorar la presa, o la queremos mantener para nosotros. Lo ideal es que sea ambas. Tener las intenciones claras es algo bien importante, porque no queremos dañar a nuestra presa, simplemente alimentarnos o quedárnosla. Recordemos las leyes del karma, boomerang, causa y efecto. Todo lo que haces vuelve a tí, y hay cazadores y pescadores que solo quieren saciar su hambre, sin compromiso alguno para con el otro. Lo importante; humanamente hablando, es que se sacie el hambre con un igual. O sea; el que busca copular solamente, que encuentre a otro que busque lo mismo, no a álguien que desee permanecer y tener una realación sentimental. Siempre hay que ser sincero, comunicarse. El problema es que ésto es un asunto humano, no del arte de  la caza y la pesca. Aquí entran en juego los conceptos morales, culturales, religiosos, intereses y egoísmos individuales.

En el arte de la caza se debe establecer cierta distancia de la presa, es bien importante. Al verse acechada, la presa probablemente huirá. Aunque en la pesca o caza del amor, muchas veces una manera predilecta de conseguir la presa es "pavonearse" para atraer al cazador, es entonces cuando pueden cambiar los roles. Al tener a los cazadores a la vista la presa escoge a su cazador, el cazador puede resultar cazado y el pescador pescado. Pero para hacer esto se requiere vasta experiencia.

En estos artes se debe ser paciente, y hay varias técnicas exclusivamente humanas que pocos dominan, porque requiere muchas virtudes combinadas. Autocontrol, paciencia, oración, fe, esperanza. Virtudes no de la carne, tampoco de cazadores o pescadores, virtudes del carácter y del espíritu. Para ser cazador o pescador no hay que ser humano, es una combinación de instinto, práctica y experiencia. Pero para el amor humano sí se requieren estas virtudes, porque además de ser animales, somos seres espirituales y racionales. Somos seres trinos. Pero ésto de la trinidad humana es algo que no tocaremos aquí, también le hemos dedicado pequeñas publicaciones en el blog.

La esencia de este artículo, cual lo reflejan las imágenes que decidimos compartir, es referirnos al arte de soltar, dejar ir, luego de haber dado todo por el otro, y no quedar opción humana alguna. Dejar ir, saber que habrá algo mejor para tí. No álguien mejor que el anterior, sino álguien que te hará feliz, hecho a tu medida. El  pescador desarrolla el arte de soltar, para luego volver a ejercer fuerza, el cazador se aleja y se acerca dependiendo de la situación, pero en el arte del amor ambos deben conocer cómo es su presa, deben preveer como reaccionaría a cada situación. En el amor la cosa es diferente. Porque los seres humanos somos evolutivos, impredescibles. Inclusive; las parejas, luego de un mutuo acuerdo, deben estar siempre a la conquista uno del otro, porque con los descuidos, nos podemos perder.

No perdemos a los hijos, al abuelo, al tío, al hermano, al verdadero amigo. Pueden pasar los años sin verse o hablarse, encontrarse de nuevo y hablar como si fuera ayer. Pero en el amor de pareja la cosa es diferente. Se puede perder... Por tanto; para mantener a una pareja hay que cuidarla más que a la misma familia. Mucho ojo, más que a cualquier otra relación. El cómo preservar a álguien no viene en el paquete natural con el cual nacimos, tampoco existen manuales con especificaciones. El amar a álguien es una decisión. Como hemos escrito en artículos anteriores, el enamoramiento es una cosa, pero el amor, que viene después es otra. Los seres humanos somos variables, evolutivos, tenemos intereses diferentes y estos intervienen en el diario vivir grandemente. Algo que no viene con el instinto... razonamos, pensamos, cambian posturas con el devenir de los tiempos. Puedes analizarte a ti mismo, y notar que en muchos aspectos el tú de hoy no es el mismo que el tú de hace diez años, ni serás el mismo tú dentro de diez años más. Pues así es el amor, evoluciona, y en su momento quizá para ti el sexo deja de ser prioridad, por dar un ejemplo, pero para tu pareja continúa siéndolo, y si no te das cuenta a tiempo, puedes perderlo. En una relación hay que estar cazando y pescando contínuamente a la misma persona, soltando y amarrando, alejándote y acercándote. Cazar o pescar una pareja; al final, resulta una sencillez, comparado con el hecho de mantenerlo y que la relación sea fructífera.

Hay veces que entran personas en nuestra vida como lecciones, de paso, y no para quedarse. Muchos se quejan siempre de que caen, y tienen que volver a levantarse, quizás esas personas no han reconocido que tienen una inclinación para escoger siempre al mismo tipo de personas, o quizás son saboteadores de sí mismos. Desconocen que así como los atren y conquistan, con sus actitudes y egoísmos, les es imposible mantenerlos mucho tiempo. Dios siempre quiere lo mejor de nosotros, pero hasta que no aprendemos ciertas lecciones seguimos repitiendo el curso. Aquél que no sabe cazar un simple conejo no podrá cazar un cordero. O aquél que no sabe pescar en un simple riachuelo, que no se atreva a lanzar redes a la mar.

Todo tiene su momento, su lugar, su espacio, y en el arte del amor debemos aprender cuando soltar y deja ir. La naturaleza no se equivoca, Dios no se equivoca. Pero el ser humano sí, y está en nosotros aprender de nuestros errores o continuar repitiéndolos. El ser humano no nació para estar solo, Dios tiene un plan con cada uno de nosotros, y ese plan se dará en su momento determinado, naturalmente. Podemos compararlo con adquirir un diploma, para lograrlo hay que tomar y aprobar unos cursos primero, estudiar, practicar, y ejercer luego. Bueno; pues en el arte del amor ocurre igual, todo es por pasos. No podemos aspirar a lo mejor sin haber rumiado y digerido las pequeñas enseñanzas del día a día. En el amor hay que dejar muchas veces el egoísmo personal a un lado para luchar por esa persona, como el tener el suficiente amor propio para dejarlo ir. Todo depende de la situación... y de ambos. Hay que discernir... pero entonces; para discernir, la oración y la fe se vuelven imprescindibles.

En el arte del amor, luego de la caza y la pesca, es que somos probados como hombres, mujeres y seres espirituales. Se dice que lo que es tuyo vuelve a ti, así que cuál es el miedo? Quedarte sol@?... Si nunca lo has estado!  El soltar es un acto de crecimiento personal, de valor y de amor. Libérate si te encuentras atrapado en este dilema, luego espera confiado, goza del día a día, de las cosas pequeñas, que en ellas está la maravilla. El que confía y espera en Dios, nunca ha sido defraudado. La historia lo ha testificado con los grandes, porque se hicieron pequeños y confiaron. Dios los hizo grandes, y la historia testifica. Suelta, ama y confía. Desarróllate en el arte del amor.

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