Para tomar decisiones importantes orar se vuelve aún más importante.
Cuando existen varias opciones para manejar tu tribulación, reconoce que orar es la mejor opción.
Cuando oras y no encuentras paz o solución... ora más; todo lo verás mejor.
Si a tu laberinto no encuentras salida, or-ando hallarás señales de vida.
Si perdiste en algún momento esperanza en la vida, or-ando hallarás esa fe perdida.
Si desgastado tu edificio va convirtiéndose en ruinas, ora y fortalecerás sus vigas.
si a tu corazón le hace falta algo de adrenalina, llénalo de gracias de oraciones emitidas.
Si sientes que tu vida va de mal en peor; poco a poco mejorará si optas por la oración.
Si el amor no tocó tu puerta y se perdió por la avenida, ora que halle las señales para que llegue a tu guarida.
Si ha pasado el tiempo y aún no sanan tus heridas, ora y pide al firmamento amor del que hace maravillas.
Si en la hora de la hora se hace más difícil tu vida. Ora; ahora, a toda hora, ora... or-ando comienza la vida.
El modelo de oración (Extracto tomado de: http://elhijodedios.com/oracion.htm):
Durante el ministerio terrenal de Jesús Sus discípulos una vez vinieron a Él con un pedido interesante:
“... uno de sus discípulos le dijo: —Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos” (Lucas 11:1).
Los
discípulos no preguntaron sobre cómo predicar o realizar milagros. No
buscaron lecciones sobre cómo construir relaciones más duraderas. No
inquirieron sobre la sanidad física. Pidieron que se les enseñara cómo
orar.
¿Qué produjo este deseo? Fue el efecto visible de la oración
en la vida y ministerio de Jesús. Los discípulos habían presenciado los
poderosos resultados de esta estrategia espiritual en acción.
Lee el modelo de oración y observa los varios tipos de oración que hemos discutido:
Padre nuestro que estás en el cielo, Alabanza y adoración
Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. Compromiso
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Petición
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
Perdonamos a nuestros deudores. Confesión e intercesión
Y no nos metas en tentación, Petición
Mas líbranos del mal;
Porque tuyo es el reino, y el poder, Alabanza y adoración
Y la gloria, por todos los siglos. Amén.
(Mateo 6:9-13).
ORAR LAS PROMESAS:
“Pedís, pero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3).
Dios
responde a la oración conforme a Sus promesas. Cuando no pides sobre la
base de estas promesas, tu oración no es respondida. Es similar a la
manera en la que un padre se relaciona con sus hijos. Ningún padre se
compromete en darle a sus jóvenes cualquier cosa que quieran o pidan. Él
deja claro que hará ciertas cosas y no otras. Dentro de estos límites
el padre responde los pedidos de sus hijos.
De la misma manera es
con Dios. Él ha dado promesas y ellas constituyen la base apropiada para
la oración. Aprendamos qué Dios ha prometido y oremos conforme a las
promesas de Dios. Una manera de hacer esto es ir por la Biblia y marcar
todas las promesas que Dios ha hecho. Usa tu Biblia en la medida que
oras y basa tus oraciones sobre estas promesas.
CUÁNDO NO ORAR:
Es importante aprender a esperar delante
del Señor en oración por Su guía y dirección antes de actuar. Pero es
igualmente importante saber cuándo no orar. Cuando Dios te llama a la
acción, debes actuar, no continuar orando.
Por ejemplo, las aguas
amargas de Mara cuando Moisés clamó al Señor, Dios le mostró exactamente
qué hacer para endulzar las aguas. No había necesidad de esperar
adicionalmente en el Señor en oración. Moisés había de actuar sobre la
base de los que Dios le había revelado. Lo mismo fue cierto de Josué
cuando ora en motivo de la terrible derrota de Israel en Hai. Dios
reveló que había pecado entre el pueblo de Israel. El le dijo a Josué...
“—¡Levántate! ¿Por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado... Levántate, santifica al pueblo” (Josué 7:10,12,13).
No
era el tiempo de orar. Era el tiempo de actuar en la dirección dada en
oración. Algunas personas usan la oración como una excusa para evitar
comprometerse y actuar en función de lo que Dios les ha dicho que hagan.
Otros
continúan orando cuando Dios ya ha respondido, pero no les gusta la
respuesta. Repasa la historia de Balaam en Números 22. Ten en cuenta
especialmente los versículos 18-19. Balaam no tenía derecho de ir a Dios
con el mismo asunto porque Dios le había claramente prohibido tener
algo que ver con él (ver Versículo 12).
La oración es hablar con Dios
Dios
siempre quiere escucharles cuando usted ora. Usted puede hablarle en
oración como si está conversando con un buen amigo personal, usando su
vocabulario diario. No es necesario usar palabras especiales. Dios le
entiende y se preocupa por usted, por sus sentimientos y por lo que
ocurre en su vida. Él tiene contado hasta el cabello (que tiene o se le
ha caído) de su cabeza; si Él ve a cada ave que cae al suelo ¿cuánto más
valor tiene usted para Él?
Dios le ama y quiere
que usted hable con Él. Él le escucha cuando usted ora. Dios se interesa
por el más complejo detalle de su vida. Aunque Dios ya sabe lo que está
ocurriendo en su vida, a Él le da gran placer cuando usted decide
compartir sus sentimientos, pensamientos y problemas. Él no solamente
quiere escucharle, sino que usted le escuche Él también.
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