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viernes, 27 de julio de 2012

II- Olvidado: ELOÍSA, ABELARDO... y Sabina otra vez.

Cuan feliz es el hombre inocente sin delito; el mundo que se olvida del mundo olvidado, el eterno resplandor de una mente sin recuerdos, se cumplen las oraciones y se rechazan los deseos-.  Fragmento de Eloisa a Abelardo, Papa Alejandro III
 http://www.youtube.com/watch?v=spAobEkqc2Q  - Eternal Sunshine of the Spotless Mind Movie

ELOÍSA Y ABELARDO


Estampa de Abelardo y Eloísa
Eloísa y Abelardo son, tal vez lo más célebres amantes de la Edad Media. Su historia se conoce por la correspondencia y el relato de sus infortunios divulgados durante siglos hasta la actualidad.
Es una historia de luchas entre el cuerpo y el alma, entre las pasiones terrenales y las espirituales. Carne y espíritu en combate.
Abelardo, un joven apuesto e inteligente, dedicado a la filosofía llega a París y conquista rápidamente una brillante reputación. Un éxito que generó dos sentimientos: envidia de los demás y su propio orgullo.
La lujuria será, además, lo que precipitará su caída.
Eloísa, una joven famosa por su belleza y su refinada cultura fue un imán para Abelardo, quien no quería cualquier mujer para saciar sus apetitos y Eloísa era perfecta y superaba a todas la demás.
Se hizo presentar a la joven de 17 años a través del tío de ella, Fulberto, quien era además su tutor. Logró canjear alquiler de una habitación por clases a su sobrina.
Y allí viviendo bajo el mismo techo y pasando largas horas juntos, comienza la pasión y la tragedia.
Fulberto le había pedido que sea estricto con ella y que si era necesario le pegara… así que para completar el engaño, ella cada tanto gritaba para contento de su tío que creía que la estaba castigando…
El acercamiento al amor, provocó, según cuenta el mismo Abelardo, el alejamiento de la filosofía. Comienzan a correr los rumores y Fulberto no puede dar crédito a lo que se comenta y a haber sido engañando bajo su propio techo…. hasta que finalmente los sorprende y los obliga a separarse.
Al poco tiempo, Eloísa le escribe a Abelardo con la noticia de que estaba embarazada, Abelardo decide raptarla y huyen a París donde nacerá Astrolabio.
Para compensar la vergüenza de Fulberto, Abelardo decide casarse con Eloísa sin consultarle. Ella solo aceptará por amor, no por convicción. Ella estaba abiertamente en contra del matrimonio, porque lo consideraba signo de posesión y no de amor, de interés y no de entrega. Pero acepta, por amor a Abelardo. Se casan secretamente en París, y en seguida vuelven a separarse para ya no volverse a ver.
Eloísa es enviada y recluída en la abadía de Argentuil, donde poco después tomará los hábitos. Fulberto pensaba que todo esto era una trampa de Abelardo para sacarse de encima a Eloísa y compra los servicios de un sujeto y manda a castrar a Abelardo mientras éste duerme.
De ahí en más se suceden miles de cartas. Toman los hábitos en el mismo momento, Eloísa otra vez contra sus propias convicciones y sólo por amor. Abelardo se convierte en el filósofo de Dios.
A esto se suceden cartas en las que Abelardo sólo habla del amor a Dios y ella le pide palabras de amor y consuelo, temiendo ser olvidada por el amor de su vida. Ella no logra olvidarlo, y como una enamorada de cualquier tiempo, rememora las escenas compartidas. Pero no consigue que Abelardo le hable como un amante sino sólo como un maestro que quiere consolarla.
Afortunadamente, la última carta conocida de Abelardo a Eloísa, termina con una oración compuesta para ella, su lenguaje abandona la abstracción y, por primera vez después de muchos años, se vuelve íntimo y cálido. Seguramente ella se debe haber sentido regocijada ante cada uno de esos recuerdos que los ligaban nuevamente y que sólo ellos dos conocían. Evidentemente, el recuerdo de la pasión había conseguido romper la solidez doctrinal de su amado Abelardo.
Finalmente, descansan juntos en un cementerio de París…



Sepulcro de Abelardo y Eloísa en París

Tomado de:  http://uncajonrevuelto.com/?p=127

Tema de Joaquín Sabina inspirado en la historia de Abelardo y Eloísa:

Joaquin Sabina - Pájaros De Portugal

http://www.youtube.com/watch?v=A2f3fsgYQZ4 

No conocían el mar
y se les antojó más triste
que en la tele, pájaros de Portugal
sin dirección ni alpiste
ni papeles.

Él le dijo vámonos,
dónde le respondió
llorando ella,

lejos del altar mayor,
en el velero pobretón
de una botella.

Despójate del añil
redil del alma de nardo
con camisa.

Devuélveme el mes de abril,
se llamaban Abelardo y Eloisa,
arcángeles bastardos de la prisa.

Alumbraron el amanecer muertos de frío,
se arroparon con la sensatez del desvarío
tuyo y mío de vuelta al hogar,
qué vacío deja la ansiedad.
Qué vergüenza tendrán sus papás.

Sin alas para volar,
prófugos del instituto,
y de la cama, pájaros de Portugal,
apenas dos minutos
mala fama.

Luego la guardia civil
les decomisó el sudor
y la sonrisa, las postales de Estoril
sin posada, sin escudos
y sin visa.

Se llamaban Abelardo y Eloisa.

Bucearon contra el Everest
y se ahogaron,
nadie les enseño a merecer
el amparo de la virgen de la soledad,
qué pequeña es la luz de los faros.

Bucearon contra el Everest
y se ahogaron,
nadie les enseño a merecer
el amparo de la virgen de la soledad,
qué pequeña es la luz de los faros
de quien sueña con la libertad

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