Existen personas que por más que tú les expliques y trates de defender tus criterios no entenderán, e inclusive se incomodarán con tus posturas, cuando lo único que tú pretendes es su bien dentro de tus propios conceptos del bien, claro está. Y protegerte de una segura mala influencia para tu cuerpo y alma.
Bueno; la única posible solución de ellos no modificar lo inaceptable es alejarte... lo más seguro continuarán sin entender y de su boca no saldrán palabras buenas sobre tí. Simplemente con la frente en alto y sus nombres en tus oraciones, sigue caminando. Agradeciendo siempre por la experiencia, pidiendo discernimiento y fortaleza para proseguir, porque entendemos no es fácil para nadie, y luego de cada confrontación hay heridas que sanar.
Como dice el tema de Roberto Orellana: "Hay que seguir caminando, y nunca mirar atrás, no sea que en un descuido, seamos convertidos en estatuas de sal". Como pasó con la mujer de Lot (Gen 19:17)
Aquí está el tema completo para su beneficio:
http://www.youtube.com/watch?v=hvGriqVRO60
Dado a estas experiencias, las cuales serán muchas si decides seguir rectamente tus caminos, decidimos postear la parábola del sembrador. Pidiendo un milagro, paa convertir esos espinos y rocas en tierra fértil y buena. Nosotros no podemos, pero conocemos a álguien que sí. Todo en su momento.
La Parábola del Sembrador aparece en tres de los Evangelios: Mateo, Marcos y Lucas.
La parábola lee como sigue:
“El sembrador salió a sembrar su semilla; y al sembrarla:
- una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron.
- Otra parte cayó sobre la roca, y tan pronto como creció, se secó, porque no tenía humedad.
- Otra parte cayó en medio de los espinos; y los espinos, al crecer con ella, la ahogaron.
- Y otra parte cayó en tierra buena, y creció y produjo una cosecha a ciento por uno.
Luc 8: 4 – 8
Breve análisis:
Cuarto Ambiente – En Buena Tierra [mucho fruto]
La que fue sembrada en la tierra buena, creció y produjo una cosecha a ciento por uno, otra a sesenta y otra a treinta. Este es el verdadero creyente. ¿Qué caracteriza a un verdadero creyente?; da fruto. El árbol es conocido por su fruto. De este creyente no se puede decir: lo que haces no me deja oír lo que dices.
¿Qué nos enseña el Señor Jesús en esta parábola?
- Necesitamos tener un corazón recto y bueno para poder dar mucho fruto.
- El que tiene este tipo de corazón persevera en la doctrina de Cristo especialmente cuando vienen los conflictos.
- Un corazón recto es uno que no se involucra en los negocios de la vida – no ama las riquezas ni los placeres de la vida (no busca que le sirvan y tener paz personal).
- Un corazón bueno es aquel que no cede ante las tentaciones y que no cambia de opinión cuando vienen los problemas.
- Los verdaderos creyentes se caracterizan porque dicen presente, especialmente cuando hay necesidad, su propósito en la vida es servir a otros.
- Los verdaderos creyentes deben examinarse cada día, para evitar que sus corazones se contaminen.
Tomado de: http://lperezco.wordpress.com/2008/06/22/reflexiones-sobre-la-parabola-del-sembrador/
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