No dejes nunca que tu agua deje de correr por favor !
Un viaje de miles de kilómetros debe comenzar por un solo paso - Lao Tsé
La vida fluye como los ríos y nadie puede bañarse dos veces en la misma agua. - RabindranathTagore
Un viaje de miles de kilómetros debe comenzar por un solo paso - Lao Tsé
La vida fluye como los ríos y nadie puede bañarse dos veces en la misma agua. - RabindranathTagore
Sé como el río que fluye - Paulo Coelho
1. Escoge la montaña que deseas subir: no te dejes
llevar por los comentarios de los demás, que dicen “esa es más bonita”, o
“aquella es más fácil”. Vas a gastar mucha energía y entusiasmo en
alcanzar tu objetivo, y por lo tanto eres tú el único responsable y
debes estar seguro de lo que estás haciendo.
2. Saber como llegar frente a ella: muchas veces,
vemos la montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de desafíos. Pero
cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre? Que está rodeada de
carreteras, que entre tú y tu meta se interponen bosques, que lo que
parece claro en el mapa es difícil en la vida real. Por ello, intenta
todos los caminos, todas las sendas, hasta que por fin un día te
encuentres frente a la cima que pretendes alcanzar.
3. Aprende de quien ya caminó por allí: por más que
te consideres único, siempre habrá alguien que tuvo el mismo sueño antes
que tú, y dejó marcas que te pueden facilitar el recorrido; lugares
donde colocar la cuerda, picadas, ramas quebradas para facilitar la
marcha. La caminata es tuya, la responsabilidad también, per no olvides
que la experiencia ajena ayuda mucho.
4. Los peligros, vistos de cerca, se pueden controlar: cuando
empieces a subir la montaña de tus sueños, presta atención a lo que te
rodea. Hay despeñaderos, claro. Hay hendiduras casi imperceptibles. Hay
piedras tan pulidas por las tormentas que se vuelven resbaladizas como
el hielo. Pero si sabes dónde pones el pie, te darás cuenta de los
peligros y sabrás evitarlos.
5. El paisaje cambia, así que aprovéchalo: claro que
hay que tener un objetivo en mente: llegar a lo alto. Pero a medida que
se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de
vez en cuando y disfrutar un poco del panorama de alrededor. A cada
metro conquistado, puedes ver un poco más lejos; aprovecha eso para
descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta.
6. Respeta tu cuerpo: sólo consigue subir una montaña aquél que presta a su cuerpo la atención que merece. Tú tienes todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te exijas más de lo que puedas dar. Si vas demasiado deprisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido. Aprovecha el paisaje, disfruta del agua fresca de los manantiales y de los frutos que la naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue caminando.
6. Respeta tu cuerpo: sólo consigue subir una montaña aquél que presta a su cuerpo la atención que merece. Tú tienes todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te exijas más de lo que puedas dar. Si vas demasiado deprisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido. Aprovecha el paisaje, disfruta del agua fresca de los manantiales y de los frutos que la naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue caminando.
7. Respeta tu alma: no te repitas todo el rato “voy a
conseguirlo”. Tu alma ya lo sabe. Lo que ella necesita es usar la larga
caminata para poder crecer, extenderse por el horizonte, alcanzar el
cielo. De nada sirve una obsesión para la búsqueda de un objetivo, y
además termina por echar a perder la escalada. Pero atención, tampoco te
repitas “es más difícil de lo que pensaba”, pues eso te hará perder la
fuerza interior.
8. Prepárate para caminar un kilómetro más: el
recorrido hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que
pensabas. No te engañes, ha de llegar el momento en que aquello que
parecía cercano está aún muy lejos. Pero como estás dispuesto a llegar
hasta allí, eso no ha de ser un problema.
9. Alégrate cuando llegues a la cumbre: llora, bate
palmas, grita a los cuatro vientos que lo has conseguido, deja que el
viento allá en lo alto (porque allá en la cima siempre hace viento)
purifique tu mente, refresca tus pies sudados y cansados, abre los ojos,
limpia el polvo de tu corazón. Piensa que lo que antes era apenas un
sueño, una visión lejana, es ahora parte de tu vida. Lo conseguiste.
10. Haz una promesa: aprovechas que has descubierto
una fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti mismo que a partir de
ahora, y durante el resto de tus días, la vas utilizar. Y, si es
posible, promete también descubrir otra montaña, y parte en una nueva
aventura.
11. Cuenta tu historia: sí, cuenta tu historia.
Ofrece tu ejemplo. Di a todos que es posible, y así otras personas
sentirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas.
Paulo Coelho
Tomado de: http://elcorajedevivir.wordpress.com/category/ser-como-el-rio-que-fluye/
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