Me ahogo en un vaso perdido entre llamas de acero oxidado.
No encuentro mi casa y me canso de hallarte en cada palabra,
que se derrama…
Viajo por tu arena, me cuelgo del viento, sospecho la pena
de subir al cielo y después caer al suelo porque tú me elevas
igual que me ciegas
No encuentro salida y nadie me guía
no hallo manera de verte vestida
si te visto no me acuerdo
si te desvisto no te olvidaré en la vida.
Yazgo sumergido en un mundo de plata en medio de nada.
Respiro el vacío y a menudo quiero dormir bajo el agua.
A un paso del ruido esta la cuidad del fin del olvido
pero temo estar desnudo y despierto ante tanta verdad,
que se me escapa.
Llegado a este punto el último trago es el más profundo.
Ya muero en el vaso que tanto he llenado y vaciado al unísono
de cada ritmo que te he dedicado.
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