Chavela Vargas estaba retirada, olvidada y enferma… hasta que Joaquín Sabina la trajo de vuelta al mundo.
Durante muchos años, Chavela vivió aislada en una casa humilde en México. Alejada de los escenarios, luchando contra sus demonios internos, el mundo parecía haberla olvidado.
Pero Joaquín Sabina —quien la admiraba profundamente desde joven— la buscó, la encontró… y le rogó que regresara.
Le dijo:
“El mundo no puede vivir sin tu voz. Ven a España. Ven a cantar otra vez.”
Chavela aceptó.
Con la ayuda de Sabina y otros amigos, regresó a los escenarios. Su concierto en el Palacio de Bellas Artes fue histórico.
La ovacionaron de pie. La voz rota y poderosa de Chavela volvió a estremecer al mundo.
Hasta su último aliento, Chavela fue celebrada como una leyenda, gracias al impulso de quienes nunca olvidaron su grandeza.
A veces, todo lo que necesita una voz rota… es que alguien la escuche de nuevo.
De la red...
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