
Para hacer las cosas mejor debemos ser mejores; como para demostrar que somos mejores....que mejor que hacer mejor las cosas!!!!!
Foto: este servidor...
En este blog compartiré mi música, poemas, reflexiones,y artículos de contenido histórico. También compartiré trabajos de quienes han sido mis maestros, y todo lo que me apasiona en el mundo de la historia, la espiritualidad y de las artes.
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El otro día, The Ranger Online, una publicación del San Antonio College y el Alamo Community College (Texas), publicaba una nota, firmada por Martin R. Herrera y titulada "Islam teaches respect for women" (El islam predica el respeto a la mujer), sobre un ciclo de conferencias recientemente celebradas sobre la mujer y el mundo islámico. La nota decía, entre otras cosas, lo que sigue:
[Brenda] Meneses y las otras dos ponentes, Aurora Deiri y Narjis Pierre, coincidieron en señalar que, aunque varía de un país a otro, la situación de la mujer [en el mundo islámico] tiene mucho que ver con la cultura prevaleciente antes de la llegada del islam y con los matices propios de las distintas interpretaciones teológicas.
(...)
Excepto en casos extremos, que al decir de Meneses son cada vez menos frecuentes, el islam ha promovido los derechos de la mujer antes y con más empeño que el cristianismo. "Si usted me pregunta si hay feminismo en el mundo musulmán, yo le diría que el feminismo está en el mundo musulmán’, dijo Pierre.
Es difícil que el mundo occidental vea esto, explicó Deiri, porque tiene un conocimiento muy limitado de la religión islámica; y añadió: esta clase de ignorancia lleva a la gente a malinterpretar algunas de las prácticas islámicas, como el uso del velo entre las mujeres, que los occidentales suelen tachar de opresivas.
Cuando se le preguntó por qué el cristianismo y el islam son tan diferentes en la actualidad, si comparten tantos ancestros, Deiri respondió: "A veces la ignorancia te permite conservar el poder".
Así que ya saben: toda opresión que padezca la mujer en el mundo islámico no es sino un remanente de alguna cultura preislámica, y a las féminas les ha ido mejor con la religión de Mahoma que con la de Jesucristo.
Bien. Ahora echemos un vistazo a algunas cosas que dudo mucho airee la señora Deiri:
El Corán no habla de que los hombres y las mujeres sean iguales; todo lo contrario: equipara a éstas con una huerta, y exhorta a los hombres a que se sirvan de ellas como estimen oportuno:
Vuestras mujeres son vuestro campo de cultivo; id, pues, a vuestro campo de cultivo como queráis (sura 2, versículo 223).
El Corán dice que el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre:
(...) Y llamad para que sirvan de testigos a dos de vuestros hombres; y si no encontráis dos hombres, entonces, un hombre y dos mujeres que os parezcan aceptables como testigos, de modo que si una yerra, la otra subsane su error (2:282).
El Corán permite a los musulmanes casarse con hasta cuatro mujeres, y mantener relaciones sexuales con esclavas:
Y si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces casaos con [otras] mujeres que os sean lícitas: dos, tres o cuatro; pero si teméis no ser capaces de tratarlas con equidad, entonces [sólo] una, o [con] aquellas esclavas que sean de vuestra propiedad. Esto hará más probable que no os desviéis de la rectitud (4:3).
El Corán ordena que los hijos reciban el doble de herencia que las hijas:
Dios os prescribe [lo siguiente]: al varón le corresponde el equivalente a la porción de dos hembras (4:11).
Lo peor de todo es que el Corán insta a los hombres a golpear a sus esposas cuando les desobedezcan:
Los hombres son responsables del cuidado de las mujeres en virtud de lo que Dios les ha concedido en mayor abundancia a ellos que a ellas, y de lo que ellos gastan de sus bienes. Y las mujeres virtuosas son las verdaderamente devotas, que guardan la intimidad que Dios ha [ordenado] que se guarde. Pero a aquellas cuya animadversión temáis, amonestadlas [primero]; luego dejadlas solas en el lecho; luego pegadles (4:34).
Nada de esto es cultural, ni estamos ante artefacto histórico alguno.
Para comprender el alcance de la violencia que sufren las mujeres casadas en el mundo islámico, el Instituto de Ciencias Médicas de Pakistán ha determinado que más del 90% de las paquistaníes casadas han sido golpeadas o sometidas a abusos sexuales por ofensas como no haber preparado una comida del gusto del agresor o no parir un varón. En la primavera de 2005, cuando el Chad trató de dotarse de un código de familia que ilegalizaría el maltrato de las casadas, los clérigos musulmanes se pusieron en pie de guerra por considerar que se estaba atentado contra el islam.
¿Se trata, como dirían Deiri y compañía, de fenómenos relacionados con culturas preislámicas? No, estas cosas pasan porque los clérigos islámicos han hablado bien en todas partes del maltrato a las casadas. Sirva como ejemplo este escrito, fechado en 1984, del muy influyente jeque Yusuf al Qaradaui:
Si el hombre tiene la sensación de que su mujer es cada vez más desobediente y rebelde, debe esforzarse por reconducirla mediante palabras amables y maneras caballerosas, y razonando con ella. Si las cosas no mejoran, entonces ha de dormir separado de ella, tratar de despertar su agradable naturaleza femenina y de restaurar su serenidad, y quizá entonces ella le responda de forma armoniosa. Si esta vía fracasa, entonces le está permitido golpearla suavemente con las manos, aunque ha de evitar la cara y otras partes sensibles.
Incluso el prominente Muzammil H. Siddiqi, ex presidente de la Sociedad Islámica de Norteamérica (ISNA), ha llegado a declarar: "En ciertos casos, un esposo puede hacer uso de acciones disciplinarias moderadas para corregir infracciones morales de su esposa (...) El Corán es muy claro en este sentido".
¿Informar sobre todo esto, y sobre el sufrimiento que acarrea a las mujeres otras enseñanzas del islam, es cosa de ignorantes? Lo cierto es que son Deiri y compañía quienes, con su insistencia en negar o quitar importancia a estos asuntos, contibuyen a esparcir la ignorancia. Y si la ignorancia permite a veces que algunos conserven el poder, quizá convendría formular unas cuantas preguntas incómodas: ¿a cuenta de qué anda Deiri propagando semejantes distorsiones de la realidad y medias verdades?, ¿qué poder están tratando de conservar quienes así proceden? ¿No será que quienes se benefician de la ignorancia son los que oprimen a las mujeres en el mundo islámico?
¿Por qué Deiri querría ayudar a estos últimos? Es un misterio. Puede que sea cosa del Síndrome de Estocolmo, o quizá estemos simplemente ante un caso de lealtad religiosa. Si se trata de esto último, mal vamos: la situación de la mujer en el islam no mejorará hasta que las musulmanas se dejen de componendas y hablen alto y claro de lo que les pasa. Quizá podrían seguir en este punto el ejemplo de Aisha, una de las mujeres de Mahoma, que una vez le dijo al Profeta: "A ninguna mujer he visto sufrir tanto como a la mujer creyente".
Sería una buena manera de empezar a poner fin a tanto sufrimiento.
ROBERT SPENCER, director de Jihad Watch y de obras como The Truth About Muhammad (La verdad sobre Mahoma) y Guía políticamente incorrecta del Islam.
Artículo tomado de xinhuar.blogspot.com
Esto no es ni más ni menos que una cuestión de dos actitudes antagónicas: la positiva y la negativa. Sin dejar de ser realista o soñador, puedes transformarte en una persona más positiva y creativa para vivir las circunstancias de una manera menos traumática y más relajada.Por eso, para dejar de ver todo negro y cultivar una verdadera “actitud positiva”, se han propuesto 10 reglas de oro que, si se siguen al pie de la letra, harán de ti una nueva persona:
Relájate y respira profundo
Si algo te salió mal o te sientes un poco depresivo, lo mejor que puedes hacer es distenderte y concentrarte en la respiración. Se ha comprobado que los métodos de relajación ayudan a deshacerse de los pensamientos negativos, favorecen el control de las emociones y purifican el cuerpo.
Haz lo que piensas
Si piensas una cosa y terminas haciendo otra totalmente diferente, te sentirás inconforme contigo mismo. Trata de evitar las conductas contradictorias, sobre todo si no quieres que te invada un profundo sentimiento de fracaso existencial.
Aprende a ver el lado positivo de las cosas
Debes aprender que en la vida no todos los momentos son buenos, hay algunos peores que otros e incluso algunos son indeseables. La clave esta en aceptar los hechos que son irremediables sin ningún tipo de frustración o enojo desmedido. Una reacción emotiva descontrolada o negativa para afrontar un momento duro en la vida es una clara muestra de debilidad y fracaso. Al contrario, la serenidad, el autocontrol y la visión positiva de las cosas son las mejores armas para enfrentar con éxito lo que te toca vivir.
Evita las comparaciones
Para cultivar una actitud positiva nada mejor que ser uno mismo. Tanto las comparaciones como las idealizaciones de cómo deberías ser tú y de cómo deberían ser las cosas, son muy perjudiciales para tu salud mental y tu autoestima. La frustración y la envidia que se genera al ver en otros lo que uno quiere ser son pensamientos altamente negativos que debes aprender a controlar para evitar sentirte deprimido. Lo mejor es aceptarte tal cual eres y tratar de cambiar aquellas cosas que te molestan de ti mismo, pero dejando de lado las comparaciones, pues cada persona es única.
Vive el presente
Si piensas continuamente en lo que debes o puedes hacer en el futuro te pierdes de vivir el presente. Además este tipo de pensamientos alimentan la ansiedad y las preocupaciones y no te permiten disfrutar de los pequeños momentos que te da la vida. Para dejar de divagar y angustiarte por lo que todavía no sucedió, nada mejor que centrar todos tus sentidos en el aquí y ahora, sin dejar de lado los sueños y los proyectos.
La obsesión por la perfección sólo puede conducirte a la desilusión. Pues no todo es tan perfecto como siempre pretendes que sea, la vida está llena de pequeños detalles que la hacen encantadora y única. Si deseas que todo esté de acuerdo a tu esquema de valores te pasarás todo el tiempo tratando de acomodar esos detalles para que se vean perfectos, pero le quitará el sabor de disfrutar las cosas tal cual se presentan. Busca un equilibrio y deja de lado el exceso de perfeccionismo, te sentirás mejor.
Mueve el cuerpo
Pasa cuanto antes a la acción y permítele al cuerpo moverse con total libertad. Practica un deporte, haz alguna actividad física, recrea tu mente a través del baile o de un paseo por el parque. De esta forma elevas tus niveles de adrenalina y serotonina aumentando el optimismo y desechando los pensamientos negativos.
Cuida tu imagen
Verse bien es una manera de sentirse bien. El cuidado personal te hará sentir más renovado y te ayudará a romper el círculo cerrado del pesimismo. Intenta cambiar de imagen regularmente y no dudes en arreglarte cada vez que sales de tu casa. Asimismo evita el encierro, esto te obligará a modificar tu aspecto.
Presta atención a los demás
Creerte el centro del universo sólo alimentará las obsesiones que tienen por ti mismo. Poco a poco, comienza a centrarte en los demás y recuerda que ayudar al prójimo puede ayudarte a sentirte mejor y más positivo. Los problemas de los otros pueden hacerte tomar conciencia de que no todo lo que te pasa es tan grave.
Duerme plácidamente
Acostúmbrate a mejorar tu calidad de sueño. Dormir bien es una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día. Recuerda que un mal descanso incide directamente en tu humor, te hace sentir cansado e irritable, y sobre todo no te ayuda a cambiar la actitud.
Fuente: Starmedia/librefinancieramente.wordpress.com; publicado por José Pardo.