Saga Espiritual - Chadys



"Saga Espiritual" - Chadys
*Obtén el Disco Compacto por tan solo $14.99 aquí!
(Manejo y envío gratis a cualquier lugar)
*Escríbenos al email

Descarga "Saga Espiritual" (en tu tienda preferida)




Agradezco su aportación


Las donaciones son bienvenidas, y de forma segura a través de PayPal.



Translate

Saludos cordiales:

Saludos amigos del blog!!!! Quiero darles la bienvenida a mi humilde aposento cibernético con el cual comparto desde el año 2009 lo que me apasiona en el mundo de las artes, la historiografía, la música, la literatura y la espiritualidad. Y también escritos originales... Pueden accesar a mi música en Spotify, YouTube y a los interesados en mis publicaciones literarias, las pueden adquirir en su librería preferida en Puerto Rico, Amazon, eBay, o escribiéndome. Muchas bendiciones!

Visitas al blog

domingo, 26 de mayo de 2024

La histeria femenina y el orígen del vibrador.

 



En la antigüedad, las mujeres que presentaban ansiedad, cambios de humor y depresión eran mandadas por sus maridos al médico, el cual le diagnosticaba que padecían de una enfermedad denominada “histeria”, en la actualidad conocida como ansiedad.

El nombre de la enfermedad proviene de la palabra útero (“hystera” en griego). Dado que en la antigüedad Platón e Hipócrates asociaban estos síntomas al desplazamiento del útero enfermo por el interior del cuerpo de las mujeres.

Siglos más tarde, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, afirmó que el origen de la histeria se debía a alguna experiencia reprimida por el inconsciente.

 Por un lado, desde los comienzos del psicoanálisis se comenzó a utilizar el método catártico, empleando la hipnosis y la curación por la palabra.

Por otro lado, la vertiente más médica centraba la cura en intervenciones sobre el útero: fortaleciéndolo (con métodos arcaicos y dañinos, como los sangrados, las inyecciones de nitrato de plata y las cauterizaciones) o extirpándolo (a través de una histerectomía).

Además de los métodos anteriormente citados, también existía otro método de curar la histeria: el paroxismo histérico, o dicho en otras palabras, la masturbación asistida.

Consistía en la estimulación manual de los genitales femeninos por parte del médico hasta alcanzar el paroxismo (no el orgasmo, ya que por entonces se pensaba científicamente que las mujeres no podían tener orgasmos). De esta manera, se curaba la histeria por medio del alivio de las tensiones sexuales femeninas.
 

Sin embargo, este método provocaba grandes dolores y molestias musculares a los médicos. Es en ese momento cuando Joseph Mortimer Granville hace uso de la tecnología emergente de la época para crear un aparato que facilitase el método del paroxismo.

Es así como este médico británico inventó el vibrador con fines médicos para curar la histeria. Pero, no es hasta 1902 cuando la compañía Hamilton Beach comienzan a comercializar los primeros vibradores, como un electrodoméstico más.

Era tanta la cantidad de mujeres que empezaron a asistir a las consultas para recibir su “tratamiento para la histeria” que los médicos al final de la jornada de trabajo quedaban agotados y con sus manos acalambradas; por esto decidieron inventar un útil artefacto que producía vibraciones rítmicas y se lograba más fácil y más rápido el paroxismo histérico en la paciente sin necesidad del común masaje manual: he aquí el origen del vibrador.
 
En esa época era visto como un artefacto curativo, incluso las mujeres más adineradas, los tenían en sus casas para cuando sentían “brotes de histeria”.

En 1952 la Asociación Americana de Psiquiatría (A.P.A) desacreditó la histeria como enfermedad y afirmó que se trataba de un mito.

A día de hoy podemos entender que la única enfermedad de aquellas mujeres era el padecimiento de la represión sexual de la época. Donde la masturbación solo era permisible bajo prescripción médica y el disfrute sexual únicamente se limitaba a los hombres.


Tomado de: https://www.centrodamar.com/la-histeria-femenina/ y https://www.facebook.com/photo/?fbid=855501539937741&set=a.471294148358484

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario