"La humildad es verdad, y la verdad es humildad." - Padre Pío
Humildad no es sinónimo de guardar silencio y bajar la cabeza. Ser
humilde, ante todo, es reconocer nuestra poca cosa. Desde nuestra poco
permitirle a Aquel que es todo ser uno contigo, bajando desde su nivel para elevarte al suyo, en perfecta comunión. Entonces y solo entonces eres grande, desde la humildad. Solamente los humildes de corazón pueden entender este misterio de amor sin explicaciones, porque lo viven diariamente en todo tipo de filosofía. Los soberbios o
prepotentes jamás entenderán de este tema... quizá solo se burlen, pero
eso es su problema. Recuerda: "No discutas con necios, te bajarán a su nivel y
allí te ganarán por experiencia."
HUMILDAD
La definición más sencilla de la humildad es la señalada por Santa Teresa: "Humildad es la verdad". Por tanto lo contrario, la soberbia, no es otra cosa que una mentira, una opinión desproporcionada o exagerada de uno mismo. Esa es precisamente la razón por la cual el neurótico generalmente es tan mentiroso, porque es tan excesivamente orgulloso.
El significado de la palabra verdad abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general, hasta el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades: los hechos o la cosa en particular;[1] así como la relación de los hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del TODO, el Universo.
La humildad no es un concepto, es una conducta, un modo de ser, un modo de vida. La humildad es una de las virtudes más nobles del espíritu. Los seres que carecen de humildad, carecen de la base esencial para un seguro progreso. Las más bellas cualidades sin humildad, representan lo mismo que un cuerpo sin alma.
La conducta está relacionada a la modalidad que tiene una persona para comportarse en diversos ámbitos de su vida. Esto quiere decir que el término puede emplearse como sinónimo de comportamiento, ya que se refiere a las acciones que desarrolla un sujeto frente a los estímulos que recibe y a los vínculos que establece con su entorno.
La definición más sencilla de la humildad es la señalada por Santa Teresa: "Humildad es la verdad". Por tanto lo contrario, la soberbia, no es otra cosa que una mentira, una opinión desproporcionada o exagerada de uno mismo. Esa es precisamente la razón por la cual el neurótico generalmente es tan mentiroso, porque es tan excesivamente orgulloso.
El significado de la palabra verdad abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general, hasta el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades: los hechos o la cosa en particular;[1] así como la relación de los hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del TODO, el Universo.
La humildad no es un concepto, es una conducta, un modo de ser, un modo de vida. La humildad es una de las virtudes más nobles del espíritu. Los seres que carecen de humildad, carecen de la base esencial para un seguro progreso. Las más bellas cualidades sin humildad, representan lo mismo que un cuerpo sin alma.
La conducta está relacionada a la modalidad que tiene una persona para comportarse en diversos ámbitos de su vida. Esto quiere decir que el término puede emplearse como sinónimo de comportamiento, ya que se refiere a las acciones que desarrolla un sujeto frente a los estímulos que recibe y a los vínculos que establece con su entorno.
La humildad es signo de fortaleza. Ser humilde no significa ser débil y ser soberbio no significa ser fuerte, aunque el vulgo lo interprete de otra manera. La humildad es la más sublime de todas las virtudes admirables. Virtud sin humildad no es virtud. El que posee la humildad en alto grado, generalmente es poseedor de casi todas las virtudes, pues la humildad nunca se encuentra sola. Ella es aliada inseparable de la modestia y forma una trilogía con la bondad. La humildad nos hace tolerantes, pacientes y condescendientes con nuestros semejantes. Es la mansedumbre, la prudencia, la paciencia, la fe, la esperanza. La humildad es signo de evolución espiritual. El humilde es un ser que ya ha limado muchas de sus impurezas e imperfecciones. Si algún acontecimiento sacude violentamente su espíritu, el humilde sabe recibir los golpes de la vida con fe y resignación y pronto su alma encuentra el alivio necesario.
Los beneficios de la humildad
1. Quien aprende a realmente ser humilde, logra vivir una vida más feliz.
2. Al estar en armonía con uno mismo, se está dispuesto a mostrar honor y aprecio hacia otras personas. Valorarse a sí mismo trae aparejado valorar a los demás.
3. La humildad crea serenidad y tranquilidad
4. Con humildad se desarrolla la capacidad de admitir las equivocaciones, ya que se elimina el miedo a sentir que uno no vale nada. Al conocerse a sí mismo, la crítica se transforma en una posibilidad de crecimiento.
5. Con humildad, es más fácil perdonar a otros rápidamente.
6. Humildad es apreciar lo que tenemos, es tener conciencia de que todo es un regalo.
La humildad es un tema complicado ya que es fácil confundir algunos términos como sinónimos de humildad, por ejemplo:
• Humilde en términos económicos
• Sencillez
• Bondad
• Caridad
Sobre la humildad se dice que emulemos a Sócrates en su sencillez que podía decir: "No sé nada". Sócrates llego a este pensamiento, al comprender que el conocimiento es infinito y solo puede ser logrado por una persona que se esfuerce. El intelecto tiene que ser entrenado, el conocimiento tiene que ser obtenido, y si el ego se jacta de esto debemos tener conciencia de que toda esta jactancia; como dice el Eclesiastés es pura vanidad, y una vez tomado esta conciencia puede uno encontrar la humildad.
Además la actitud que se adopta sobre la humildad depende de la situación geográfica, ya que para un español o un mexicano, es diferente a la de un argentino o chileno debido a que la idiosincrasia es diferente, en España la humildad es una gran virtud, de acuerdo a su religión católica, ya que fue un país dominado tantos años por la inquisición y en el franquismo el lema era, no saques la cabeza por encima de la multitud que te la cortan, y todos la bajan. Esto mismo se puede decir para México.
ANTECEDENTES
En términos teológicos:
La humildad es una cualidad o característica humana que es atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a lo trascendente de su existencia o a Dios. La virtud moral por la que el hombre reconoce que de si mismo solo tiene la nada y el pecado. Todo es un don de Dios de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria. El hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser hijo de Dios es un valor muy superior. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se ve a sí mismo y al prójimo ante Dios. Es así libre para estimar y dedicarse al amor y al servicio sin desviarse en juicios que no le pertenecen.
La humildad no solo se opone al orgullo sino también al auto abyección (auto humillación) en la que se dejaría de reconocer los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según su voluntad.
Opone: Utilizar algo para que impida o dificulte la acción de una persona o el efecto de una cosa:
En términos filosóficos:
Ninguno de los grandes filósofos griegos (Sócrates, Platón ni Aristóteles) elogiaron la humildad como una virtud digna de practicarse, ya que nunca llegaron a desarrollar un concepto de Dios lo suficientemente rico para poner de manifiesto la pequeñez del ser humano, más aún, en no pocas filosofías se le ha cuestionado hasta el punto de considerarla un vicio en la medida en que representaría una debilidad para afirmar el propio ser.
En la literatura sobre el tema he encontrado que algunos autores mencionan frases sobre la humildad como la siguiente:
• Una persona que vive la humildad hace el esfuerzo de escuchar y de aceptar a todos. ¿Qué no es esto educación?
• Cuando más aceptamos, más se obtendrá el cariño y reconocimiento, porque una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras agradables y yo me pregunto ¿Que no es esto tolerancia y prudencia?
• El valor de la humildad ayuda a las personas a contener la necesidad de decir o hacer gala de sus virtudes a los demás. El éxito en el servicio a los demás proviene de la humildad; cuanto más humildes, mayores logros obtendremos. ¿Que no es esto sencillez?
Otros autores mencionan que la Humildad es aceptar las cualidades con las que nacemos o desarrollamos, desde el cuerpo hasta las posesiones más preciadas. Por tanto, debemos utilizar estos recursos de forma valiente y benevolente si aprendemos a eliminar la arrogancia, reconocemos las capacidades físicas, intelectuales y emocionales de los demás.
Segmento tomado de: http://www.buenastareas.com/ensayos/Humildad/4558986.html
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