Hay heridas que tardan tiempo en sanar, pero hay personas que rascan sus heridas con los dedos del recuerdo y la angustia durante toda una vida, impidiendo que el tiempo haga su trabajo, negando verdaderas oprtunidades al amor, viviendo una vida de fantasía, dolor y melancolía. Olvidaron que donde no hay espacio para el amor y el perdón no hay espacio para la vida.
Donde solo hay tristeza y soledad, no vale la pena estar.
Para que una cicatriz del alma no vuelva a llorar a borbotones, asegura remendarla con agujas de oraciones, entretelas de perdón sin ceros y cintas de corazones... Y no olvides lavarte diariamente con algodón de bendiciones, especialmente en las áreas donde apeste a viejas reclamaciones.
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