Muchas veces la persona que goza de los mejores bienes materiales sufre de la mayor de las pobrezas, la soledad.

Muchas veces sufriendo de carencias materiales es cuando el ser humano aprende a valorar la riqueza de las cosas que nadie puede comprar, como la belleza de una simple sonrisa.
Tenemos que aprender a despojarnos de nosotros para tenernos más.
Despojarnos de nosotros, pensar menos en nosotros, para cuando necesitemos descubrir que las amistades que cultivamos en el camino no nos defraudarán, aunque no sean muchas. No hay mayor riqueza que confraternizar, relacionarnos, hacer la gran familia. Suena a utopía, pero no es imposible.
...Quien ha encontrado un amigo a encontrado un tesoro-. Hermana Glenda
http://www.youtube.com/watch?v=CK_rNiCRZqA
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