En este artículo del blog decidimos compartir un extracto de un estudio inédito que realizáramos titulado: "EL TEMA DEL GRITO DE LARES EN LA OBRA LITERARIA DE CORRETJER". Dado a la conmemoración del Grito de Lares. La foto es de Juan Antonio Corretjer en un discurso ofrecido en Lares un día como hoy, en 1980.
El Leñero[1] (Poema de la Revolución de Lares) (1944)
Este libro; el cual fue premio de poesía en 1944 por el Instituto de Literatura Puertorriqueña, está dividido en tres partes:
I: Amanecer
Pág. 137 – extracto
Pienso: ¡no vale mujer quien
yugo de esclavo lleva!
Narrando la historia a un estilo de epopeya, y como protagonista Manuel Rosado “el leñero”; Corretjer comienza a narrarnos el pensar, el amor, la lucha y la situación social de este histórico personaje.
II: Los Caminos
Págs. 149 – extractos
Y pasó que don Juan Ponce,
el de espada toledana,
se embriagó de luna indiana,
y embriagado quiso entonces
en la moldura de bronce
su vigor eternizar.
¡Cemí se pudo vengar
haciendo al bravo soldado,
conquistador conquistado
por suerte de halo lunar!
Vino más tarde el hermano
Bartolomé de las Casas
echando entero en las brasas
su corazón de cristiano.
Mandó el monarca lejano
alzar al honor su enseña.
Se unió el cautivo a la dueña
en unión de lazos fijos.
¡Nosotros somos sus hijos!
¡Viva la patria riqueña!
Utilizando la técnica retrospectiva como Corretjer solía usarla; camino a Lares Rosado “canta” el origen de nuestro mestizaje, y muestra en los versos anteriores como nuestros “conquistadores” políticos y religiosos fueron conquistados por nuestra riqueza, la que no se puede comprar, la natural… También en los versos siguientes canta al indio y al negro. ¡Y todo camino a Lares!
Págs. 150 – primera estrofa
Canto al indio antepasado,
al dulce abuelo taino,
al del canto como un trino
en grito bélico alzado.
Canto al indígena amado
de las plumas y las flores,
al nido de sus amores,
y a la nueva rebelión
que salvará la nación
de sus pasados dolores!
Págs. 159 – extracto
Los negros bailan. Retumba
el monótono túm – túm,
en que dialoga el betún
con la tinta e la rumba.
Ráfaga e charol, zumba
en la copa del mangó,
y un relámpago punzó
signo de fuego restalla,
abre, retuerce y estalla
en el trueno del bongó.
Luego de esta estrofa; la cual ciertamente alude a rituales preparativos de guerra, el protagonista vuele a su estado presente y se remonta en el sueño de la victoria libertaria que comenzaría en Lares.
III: Ofrenda
En esta tercera y última parte del libro; “el leñero” se reúne con Manuel Rojas[2], y vencen al ejército español en Lares:
Págs. 172 – primera estrofa
Entonces sale al balcón
Rojas, papeles en mano;
lee al pueblo soberano
alzado en expectación,
la noble Proclamación
de la Republica, hermana
de la grey bolivariana:
La Republica dichosa
que ha de fundar la gloriosa
Federación Antillana.
Al otro día… ya en San Sebastián; el ejército español[3] les esperaba con el grueso de sus tropas. Rojas queda prisionero y sufre un sinnúmero de torturas, y el fin de Rosado…. Corretjer con aire de Homero; y en hojas de “Yerba Bruja”, pinta un nuevo “Hércules” borinqueño:
Págs. 175 (última estrofa) – 176
Cuenta que, cuando era fuerte
la batalla, en una ola
la bayoneta española
cargó sembrando la muerte.
Cuenta que, el machete, inerte
por el fuego graneado,
saltó Manolo Rosado
agitando la bandera,
y murió, como una fiera,
batiéndose acorralado.
Cuenta y dice, que, despacio
su alma espiritual se alzó,
y que esa noche brilló
otra estrella en el espacio:
La flor del cabello lacio
hecha lumbre en el lucero.
Que el corazón de El Leñero
siempre en septiembre se nota
palpitando patriota
sobre el poblado señero.
Y cuando en la noche pasa
por campos de Puerto Rico,
tanto en la hacienda del rico
como del pobre en la casa,
el recuerdo del que abrasa
con su hazaña el corazón,
el fuego de la nación
se aviva alto y ligero,
¡Porque Manolo El Leñero
le echa leña de pasión!
[1] Este libro lo escribe Corretjer en la Cárcel de La Princesa; lo culmina en 1936. Narra los eventos ocurrido en “El Grito de Lares”; según él lo escuchara de algunos de sus familiares; quienes participaron en el mismo. Fue escrito en décima; ya que según tenemos entendido, era la única manera de disfrazar el contenido y hacerlo pasar como una poesía más, esto de ser descubiertos; ya que los hacía salir de prisión de muy diversas maneras, hasta concluir la historia y ser liberado; para trabajar su publicación. (Nota aparte) El guitarrista y compositor Gil Raldiris musicaliza algunos versos de este libro y los incluye en las canciones El Leñero Parte I y Parte II, del álbum que grabara junto a Rucco Gandía e Irvin García, con el “Grupo Tanamá”. Año 1979.
[2] Jefe del Ejército Libertador.
[3] Por orden del General Palacio.
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