Fluye, como agua de río, que siempre encuentra su camino al mar.
Si al fin de cuentas somos todo fluidos, juntémonos, intentemos ser uno. Cumpliendo con la paradoja de venir a este mundo siendo dos, y a su vez ser tú, ser yo, yo tuyo, tú mía, como cita Erich Fromm.
«En el amor se da la paradoja de dos seres
que se convierten en uno y, no obstante,
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