"La paciencia es el alimento de la tolerancia, la tolerancia es el alimento del amor, el amor es el alimento del perdón, y el perdón es el alimento de la paz."
El perdón es el alimento de la paz, pero perdonar no es sentarte con la persona y decir aquí no ha pasado nada. El perdonar es un acto de liberación, donde te sacas a la persona del sistema, y cuando piensas en ella o en la situación, no te duele, porque has sanado. Conlleva tiempo, caracter, pero nada es más importante que tu salud mental, espiritual y emocional.
Toda persona que te ha lastimado requiere tu perdón, pero no todas merecen que te vuelvas a relacionar con ell@s, porque a veces ni se enteran cuánto te hirieron. Y créeme, volverán a hacerlo de igual manera. Perdonar es liberarte, y algunas personas andan por la vida hiriendo a los demás, pensando solo en ellos. Debes saber distinguir quién merece ser parte de tu vida y quién no, sin importar parentezco. A veces ciertos familiares son los primeros que deben estar fuera de tu vida, porque el parentezco no da derecho a pasar ciertos limites, ni a aprovecharse de serlo. Los limites en tu relación con los demás los pones tú, no olvides darte tu lugar, amarte como mereces, y liberarte de todo aquello que no necesitas en tu vida. Una vida de carga ligera es má placentera, el éxito es más plausible, y la felicidad menos costosa. Libérate del dolor, del rencor, y perdona, el perdón es el alimento de la paz.
Una cosa más, aprende a perdónarte a tí mismo. Cada día es una nueva oprtunidad y todos estamos propensos a equivocarnos. Como dijo el maestro alguna vez: Hijo mío, vete y no peques más. Te amo.
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