Luchar contra los designios del corazón es tan inútil como tratar de secar las aguas del mar, tan inútil como tratar de parar el tiempo, tan inútil como encadenar la palabra libertad.
Luchar contra los designios del corazón es como decirle a Dios no me ames, es como luchar porque no quiera volar el ave, es como tratar de abrir puertas sin llave, es como tratar de evitar que de frutos el amor.
Si al corazón habla Dios, créele al corazón, que tiene mente propia, y te guarda sus secretos. Lo único que no puede ocultar son sus sentimientos, que los refleja en tus ojos color cielo, bellos, tristes, que quieren diluviar.
Luchar contra los designios del corazón es como querer cerrar el libro de la vida, que está oculto en otra dimensión, latiendo al compás que tú le escribas, lo que Dios dictaminó en tu corazón.
Luchar contra los designios del corazón es como querer soñar sin sueños, es como ser libre cuando se tiene dueño, es un canto sin armonía, una melodía sin voz.
Susúrrale al destino tu razón... mas tu felicidad la hallarás escuchando al corazón, relicario de Dios.
Tienes libertad, pero la libertad es solo una puerta, y en tu corazón se encuentra la única llave para entrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario