La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver. Esto mismo es lo que recordamos en nuestros antepasados. - Hebreos 11,1-2.
Hebreos 11, 8-12:
Por la fe Noé escuchó el anuncio de acontecimientos que
no se podían anticipar; y construyó el arca en que iba a salvarse con su
familia. La fe de Noé condenaba a sus contemporáneos, y por ella
alcanzó la verdadera rectitud, fruto de la fe. Por la fe Abrahán, llamado por Dios,
obedeció la orden de salir para un país que recibiría en herencia, y
partió sin saber adónde iba. La fe hizo que se quedara en la
tierra prometida, que todavía no era suya. Allí vivió en tiendas de
campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, a los que beneficiaba la misma
promesa. Pues esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe pudo tener un hijo a
pesar de su avanzada edad y de que Sara era también estéril, pues tuvo
confianza en el que se lo prometía. Por eso de este hombre únicamente,
ya casi impotente, nacieron descendientes tan numerosos como las
estrellas del cielo, e innumerables como los granos de arena de las
orillas del mar.
Chadys - Fe en tí
Con tu palabra me llegó
la paz, y limpió mi alma de todo veneno
En tu nombre renació mi
fe, y ahora a tu lado a nada le temo
Rompí las cadenas que
ataban mis odios, cruce grandes mares de duda y horror
Ahora invento maneras de
curar las heridas, que día tras día herían tu noble corazón
Coro 1
Tengo fe en ti que escuchaste el llamado, te confié mil secretos y
el dolor
Pasé grandes pruebas y me has regalado, regocijando mi espíritu todo
tu amor
El que aquí nace vive de
esperanzas, el que aquí muere es el que va a vivir
Y el justo que lucha
tendrá recompensas, y mayores riquezas si lo hace por ti
Porque nacimos con una
encomienda, porque vivimos con una ilusión
Porque morimos por ese
momento de vida eterna sin ver más dolor
Coro 1
Coro 2
Yo tengo fe en ti y me siento amado, siempre lo fui pero andaba
cegado
Hambriento de cielo aquí rebuscado, mirando de noche sin rayos de
luz, y la luz eras tú.
La puerta del espíritu
se cerró por tanto tiempo, ya machucada de tanto llamar
Porque cuando tocaste no
te escuché y a mí siempre se me olvidó llamar
Cuando lloraba secabas
mis lágrimas y no lo noté
Cuando me ayudaban eran
enviados tuyos y no me di cuenta
Cuando no habría
consuelo tendrías tus motivos y no lo entendí
Porque como mi padre y
Dios tu deber y orgullo es dar honor
Un honor a tu nombre y a
tu creación y el mío como hijo es amarte acatar y confiar en ti (bis)
Porque como mi padre y
Dios tengo fe en ti.
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