El Cuerpo de Cristo te necesita. Dios tiene un papel exclusivo para que lo desempeñes en su familia. Es tu “ministerio”, y para desempeñarlo Dios te ha dado dones: “para ayudar a toda la iglesia Dios ha provisto a cada uno con dones espirituales”. La congregación local es el lugar que Dios ha provisto para descubrir, desarrollar y usar tus dones. Es posible que además tengas un ministerio más amplio, pero eso es un agregado al servicio del cuerpo local. Jesús no prometió edificar tu ministerio, sino edificar su iglesia.
Eres llamado a pertenecer, no sólo a creer. Ser miembro de la familia de Dios tiene sus repercusiones, no es algo para ser ignorado casualmente. La Iglesia es parte del plan de Dios para el mundo, Jesús dijo: “Edificare mi Iglesia y las puertas del reino e la muerte no prevalecerán contra ella”. Mateo 16:18 (NVI). La iglesia es indestructible y existirá por la eternidad, sobrevivirá el universo y tu papel en ella también.
Él creó la iglesia para satisfacer las cinco necesidades más básicas de tu vida: un propósito para vivir, personas con quienes vivir, principios para vivir, una profesión para desarrollar y el poder para vivir. Sólo hay un lugar en la tierra donde es posible encontrar estos cinco beneficios reunidos en el mismo lugar. Los propósitos de Dios para su iglesia son los mismos que tiene para tu vida. La adoración te ayudará a concentrarte en Dios; la comunión te ayudará enfrentar los problemas de la vida; el discipulado te ayudará a fortalecer tu fe; el ministerio te ayudará a descubrir tus talentos; el evangelismo te ayudará a cumplir tu misión.
(extractos tomados del trabajo de Rick Warren: "Vida con propósito", día 17)
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