Tanto las cosas buenas como las cosas malas experimentadas son prestadas, así que a sacarles el mayor provecho a ambas para cuando volvamos a casa nos reciban con los brazos abiertos y orgullosos porque aprendimos lo que teníamos que aprender, aportamos lo que teníamos que aportar y aprendimos a amar...tanto las cosas buenas como las cosas malas experimentadas.
Romanos 8, 28 - "También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes él ha escogido y llamado".
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