En el tratado de la oración no te invito a que lo intentes, te invito a que continúes, porque en la continuidad es que se sienten y se ven los resultados. Aunque te aseguro que con el simple hecho de intentarlo puede que una suave manta te arrope en esa noche fría de soledades, y te veas "tentado" a seguir intentándolo.
Si de apariencias se tratara... toda persona en momento de oración se ve hermosa, porque todos, que somos parte espíritu lo reconozcamos o no, desde nuestra inconciencia y nuestra nada, reconocemos al que es todo, teniendo intimidad con el orante y les cedemos su espacio.
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