La construcción de la Escalera de las Naciones y la Puerta de las Naciones fue ordenada por el rey aqueménida Jerjes I (486-465 a. C.), sucesor del fundador de Persépolis, Darío I. La Puerta de Todas las Naciones consistía en un gran salón que era un cuadrado de aproximadamente 25 metros de largo, con cuatro columnas y su entrada en el Muro Occidental.
Pues bien, aquel rey Jerjes quiso levantar este gran monumento en el que pudieran acogerse a todas las tierras y gentes que estaban bajo su mando.
Su nombre estaba escrito en tres idiomas (los textos en persa antiguo son babilónico y elamita) y grabado en las entradas, informando a todos que él ordenó su construcción. Se traduce como; “Un gran dios es Ahuramazda, que creó esta tierra, que creó el cielo, que creó al hombre, que creó la felicidad para el hombre, que hizo rey a Jerjes, un rey de muchos reyes, comandante de muchos comandantes”.
La estructura constaba de una gran cámara, cuyo techo estaba sostenido por cuatro pilares de piedra con bases en forma de campana. Esta habitación tenía un banco de piedra paralelo a la pared interior, interrumpido por la entrada. El muro exterior, hecho de anchos bloques de barro, tenía numerosos huecos. Cada uno de los tres muros este, oeste y sur tenía una entrada de piedra muy grande. Dos enormes toros aseguraron la entrada occidental. En la puerta oriental había dos lamas asirios, aunque gigantescos. Encima de cada uno de los cuatro colosos hay inscripciones trilingües que dan fe de la construcción y finalización de la puerta por parte de Jerjes. La puerta sur se abre a Apadana y es la más ancha de las tres puertas. Dispositivos giratorios en las esquinas interiores de todas las puertas indican que tenían dos puertas recubiertas con láminas de metal, probablemente de madera y decoradas.
Los lamassu u hombres toro se originaron en Babilonia y Asiria, pero los persas los adoptaron. Estas criaturas mitológicas tienen cabeza de hombre barbudo. Lamassu es un animal alado con cabeza de humano. Los asirios solían colocar estas figuras a la entrada de las ciudades y palacios.
En el pasado, los visitantes no tenían mucho respeto por estos monumentos y dejaban sus huellas en los muros de la Puerta de Todas las Naciones.
Muchos iraníes creen que estas criaturas fueron desfiguradas por los árabes cuando conquistaron Persia en el siglo VII d.C.
De la red...
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