“El dolor no es parte de la vida, se puede convertir en la vida misma” ― Frida Kahlo
La vida misma
La vida misma, me dice mi amiga... Con sus ilusiones, alegrías, tristezas, desengaños y luchas. Esa ilusión que nos hace vivir con fe en el futuro. Puede brindar esperanza y reconfortar el alma. Reacción alineada a una acción dinámica. Porque la fe sin obras es muerta.
Alegrías de sentirse amado, respetado y cuidado. Esa es la energía que aviva la llama de la vida. Opuesta a las tristezas, deseosas de oscurecer el alma. Mientras, dirigen el camino del valor a lo perdido. Necesarias para navegar en el mar de los porqués y cobrar el último aliento para seguir en rumbo hacia un nuevo horizonte.
Desengaños superados para sanar el corazón. Estimar el tiempo utilizado y las personas que tocan los sentimientos. Emociones que surgen, chocan entre sí, obstaculizan la razón, incesantes y obstinadas. Luchas, siempre luchas, entre el amor y el odio. Entre la capacidad de superar un nuevo reto y rendirte, sencillamente rendirte. Luchas por sobrevivir, por gritar lo que piensas, por callar lo que sientes. Luchas de poder, luchas de fe, luchas sin razón, luchas con todas tus fuerzas...
La vida misma...
Aportación de la Dra. Migdalia Rodríguez Vélez
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