
El mejor condimento es el hambre, el peor momento el después, el mejor sexo el compartido con amor, el mejor hombre el que ama su pequeñez y da el lugar que merece a su mujer.
el mejor verso el que está por parir, el mejor logro el ya parido, el mejor parto el compartido, el peor golpe el recibido, el malherido lucha por vivir, y yo malherido muero, al no saberte junto a mí.
La mejor canción es la que mueve, el mejor movimiento tu cintura, el mejor cristal el de tus ojos, la mejor imagen tu figura. El mejor cielo el de tu boca, el mejor cambio el por venir.
El mejor recuerdo el que se vive, el mejor sueño el que no ha de morir, el peor sueño el que te despierta, temiendo volverlo a revivir.
El mejor hijo el que me des, el vientre más caliente el tuyo, la mejor flor del jardín tuyo, perfumando el agua que me darás a beber, lavando las carnes... que me saciaré.
La mejor muerte la chiquita, la mejor vida también, la peor altura está en tu mapa, así como la más profunda pequeñez. El mejor momento sigue siendo el ahora, porque ahora te pensé, te recreé con varias rimas y pensando, me aferro al ayer y al futuro a la vez.
Estos versos llenaron tu ausencia, mataron mi hambre en lo que te vuelvo a ver, peparan el momento para cuando te los lea, de mis brazos y mi pecho...no te quieras desprender.
Siempre he formulado que el mejor hombre, nunca se hace solo...a su lado, en su pecho y en su mente, está siempre la mejor mujer.
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