
El hombre que tiene paz en su tormenta es un caballero probado de Dios.
Dios no le fallará. No importa cuan adversa sea su experiencia, no importa cuan grande sea la pérdida, no importa cuanto tiempo halla esperado, no importa cuánto halla necesitado.
Dios; a su momento determinado; honrará la fe del hombre que tiene paz en su tormenta, y que en lo posible, la vive con alegría.
Algunos posibles dones adquiridos o desarrollados durante su experiencia lo serán coraje, tezón, valentía, esperanza, felicidad, mayor paz, el don del consejo, prudencia, contemplación, el don de la profundidad en la oración... y el mayor don de todos: Dios mismo; don de dones, rey de reyes, señor de señores.
Dedicado a mi amigo Oscar Rodríguez.
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