
Día a día sueño con ser un buen pirata y que al final me espera un tesoro escondido. Solo debo seguir navegando en la caravela la cual llamo amor; siendo un simple marinero. De capitán Cristo, por velas mis oraciones, por compañeros la humildad y la fe, en el timón María, adentrándome por las corrientes de la espiritualidad en los mares de la vida, en las corrientes de agua viva que solo puede adentrarme el Espíritu Santo... llevándome a puerto seguro, donde al fin hallaré mi tesoro.
Y Satanás? qué papel juega en la caravela?...Ese simplemente fue enviado por Dios; el dueño de la caravela, todo el trayecto junto con nosotros, pero en el carajo!!!
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