
Competir y compartir van de la mano. Tanto en el deporte como en el trabajo.
Aquel que solamente compite pierde la oportunidad de tantas nuevas experiencias; y por tanto su espíritu no crece a la medida que merece, perdiendo la oportunidad de aprender tanto, como el valor de una nueva amistad, en especial la de la competencia.
Aquel que solamente comparte pierde la oportunidad de esforzarse y dar el máximo; estancándose en el deporte o empleo que ejerce; y por tanto "comería banca", o simplemente llegaría el momento que no daría el grado a su posición. Enquilosándose y terminando echado hacia el lado.
Por tanto; es indispensable hacer una balanza al compartir; compitiendo. Por tanto; es indispensable hacer una balanza al competir; compartiendo.
Es ley de vida; crecer...o ser echado a un lado. También se aplica la misma ley en el amor; y en la familia. Con la única diferencia que en el amor entra la palabra negociación; la cual en el trabajo se aplica en pocos momentos...pero cruciales.
Y en el deporte?
También.
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