A principios del siglo XX, un científico alemán llamado Alfred Wegener notó algo que parecía obvio: la costa de Sudamérica encajaba perfectamente con la de África, como piezas de un rompecabezas.
Propuso una teoría revolucionaria: la "deriva continental". Sugirió que todos los continentes habían estado unidos en un supercontinente (Pangea) y que lentamente se habían separado.
La comunidad científica lo destruyó.


Wegener pasó el resto de su vida viajando por el mundo, acumulando evidencia (fósiles idénticos en continentes separados, formaciones rocosas coincidentes), pero nadie le hizo caso. Murió congelado en una expedición en Groenlandia, siendo considerado un loco por sus pares.
Treinta años después de su muerte, el descubrimiento del fondo oceánico probó que Wegener siempre tuvo razón. Su "loca" teoría es ahora la base de la tectónica de placas, la teoría fundamental de la geología moderna.
Es una lección brutal sobre cómo el establishment a menudo prefiere una explicación cómoda a una verdad inconveniente.
¿Qué crees que frena más el progreso: la falta de evidencia o el ego de los expertos?
De la red...
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