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Saludos amigos del blog!!!! Quiero darles la bienvenida a mi humilde aposento cibernético con el cual comparto desde el año 2009 lo que me apasiona en el mundo de las artes, la historiografía, la música, la literatura y la espiritualidad. Y también escritos originales... Pueden accesar a mi música en Spotify, YouTube y a los interesados en mis publicaciones literarias, las pueden adquirir en su librería preferida en Puerto Rico, Amazon, eBay, o escribiéndome. Muchas bendiciones!

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jueves, 30 de octubre de 2025

Canta, aunque duela...

Bob Marley dijo una vez:
«Fui rechazado porque era pobre y mestizo. No era de aquí ni de allá.
Pero el reggae me dijo: canta, aunque duela.
Me dispararon porque quería la paz… y aun con mis heridas abiertas, subí al escenario.
Porque mi voz no era solo mía, pertenecía al pueblo.
La música no es la gloria, es una misión.
Y elegí usarla para sanar, para unir, para amar.»
(Si tu voz puede elevar a los demás, no te quedes en silencio.
Aunque tu cuerpo tiemble, canta más fuerte.)
 
De la red... 

domingo, 26 de octubre de 2025

Sócrates y la ilusión de crear

 

Un joven detuvo a Sócrates en una calle de Atenas y le preguntó:
—¿Por qué el ser humano puede destruir la vida, pero no crearla?
El filósofo señaló una estatua rota junto al camino y respondió:
—Destruir es fácil. Cualquier necio puede blandir un martillo. Lo difícil es comprender la forma que se pierde cuando la golpeas.
Luego añadió:
—Ni siquiera el escultor crea la piedra. Solo ordena lo que ya existe. Nosotros no hacemos la materia: la movemos.
“Podemos copiar la vida, ensamblarla, imitarla... pero no podemos soplar el aliento en el polvo. No conocemos el patrón original.”
Y mirando al joven, concluyó:
—El poder de destruir no es grandeza, es ignorancia.
A veces el ser humano confunde la fuerza con la creación.
Pero lo que nos hace divinos no es romper, sino comprender lo que no sabemos hacer.
 
De la red... 

miércoles, 22 de octubre de 2025

Los preservativos, la fertilidad y la historia.


Hoy en día, tenemos pastillas, preservativos, DIU, inyecciones y parches. Métodos seguros y científicos para decidir cuándo traer vida al mundo. Pero durante miles de años, la humanidad no tuvo más que ingenio, superstición… y mucho riesgo.
 
En el Antiguo Egipto, se usaban condones hechos con intestinos de animales, telas como barrera y hasta una mezcla de pan, miel y dátiles como espermicida. El método más extraño aparece en el Papiro de Petri: una pasta hecha con excremento de cocodrilo y miel, aplicada directamente en el cuerpo femenino.
 
En la Grecia clásica, la planta estrella era el silfio, tan valorada por sus supuestas propiedades anticonceptivas que llegó a aparecer en monedas. Aristóteles recomendaba mezclas de aceite de cedro, plomo e incienso, aunque más dañinas que útiles.
 
En la China antigua, algunas mujeres bebían mercurio diluido para evitar embarazos. El remedio era más letal que efectivo.
 
Entre los hebreos, los hombres recurrían a extractos de cebolla o alquitrán como barrera, y las mujeres usaban esponjas absorbentes, conocidas como el “moch”, precursor rudimentario de los tampones.
 
Durante la Edad Media, los preservativos de intestinos animales se ablandaban en leche y se reutilizaban. También se popularizaron las duchas vaginales con agua, vinagre… o incluso mercurio. El famoso Casanova usaba medio limón como anticonceptivo improvisado.
 
Ya en los siglos XIX y XX, la ciencia se impuso: supositorios de quinina, espermicidas con fenilmercurio y hasta duchas vaginales con Coca-Cola. El DIU de cobre se consolidó como uno de los más eficaces y seguros de la época moderna.
 
La historia demuestra que el deseo de controlar la fertilidad ha estado presente siempre, aunque los métodos antiguos muchas veces fueron más peligrosos que efectivos. Detrás de cada remedio hay siglos de intentos humanos por decidir sobre la vida… incluso cuando la ciencia aún no tenía respuestas.
 
De la red... 

LA HISTORIA DE COMPLICIDAD ENTRE JORDAN Y TRUMAN (waterboy de los Utah Jazz en el 1996)


 
SALT LAKE CITY, en una mesa dentro de una habitación oscura en el antiguo Delta Center, Michael Jordan yacía de espaldas, vistiendo sólo sus shorts de North Carolina y una camiseta blanca. Era el quinto partido de las finales de 1997. El estado de salud de Jordan en ese momento no era el ideal para disputar un partido de ese calibre. Todos recuerdan aquel partido como el Flu Game.
 
Preston Truman, 23 años después, recuerda estar solo junto a Jordan en esa habitación mientras le administraban líquidos por vía intravenosa. Se desarrolló una conexión especial entre Jordan y el aguador de los Jazz esa noche.
 
Jordan le dio unas entradas que tenía para el partido y le encargó que se las entregara a uno de los miembros del staff de los Bulls. Tras coger las entradas, Truman se armó de valor y le preguntó:
"Oye, Michael, ¿qué harás con tus zapatillas después del partido?"- Jordan le miró y le dijo, "¿Los quieres?". Truman superado por la emoción del momento contestó, "Sería un honor para mí". Justo al salir de la habitación, Jordan le gritó: "Serán tuyas".
 
A Truman nunca se le pasó por la cabeza que esas zapatillas se venderían algún día por más de $100,000. El adolescente nunca pensó en las posibles consecuencias de aquel momento. Simplemente saboreó el privilegio de pasar tiempo dentro del vestuario de los Bulls mientras Chip Schaefer y los médicos del equipo discutían si Jordan estaba en condiciones de jugar aquel fundamental quinto partido.
 
"No había muchas personas allí ... Me tenía que pellizcar para creer que todo era cierto '', dijo Truman." Todavía no puedo creer que en esas circunstancias encontrara el valor de pedirle a Michael Jordan sus zapatillas ".
 
Requirió de valor pero también de cierto grado de complicidad que ambos personajes empezaron a fraguar meses antes. Concretamente seis meses antes, cuando los Bulls visitaron el estado de Utah con motivo del partido correspondiente a la regular season que debían disputar frente a los Jazz.
 
Aquel 23 de noviembre de 1996, Chip Schaefer, head athletic trainer de los Bulls, estaba intentando conseguir un poco de puré de manzana a Jordan para untar con unas galletas Graham, que solía ingerir antes de cada partido. Pero en la expedición de los Bulls se habían quedado sin existencias de dicho puré.
 
Jordan miró al tímido muchacho que trabajaba como aguador y se dirigió a él, adelantándose a las intenciones de aquel adolescente, 'Si no consigo mi puré de manzana, no obtendrás tus autógrafos después del partido'. En aquel vestuario había como más de 100 objetos encima de una mesa para que Michael los firmara '', dijo Truman. "Salí corriendo con la intención de conseguir el puré de manzana para Jordan, antes de que saliera del vestuario para su rutina pre partido".
 
Truman, en su primera temporada como recogepelotas y aguador, esperaba tanto la visita de Jordan esa temporada que se perdió un crucero familiar para estar ese día trabajando en el Delta Center. Jordan contaba con aquel muchacho para que le consiguiera su puré de manzana antes de 45 minutos. Preston recorrió a la carrera todo el pabellón buscando una cocina. Después de una búsqueda frenética, encontró un bote gigante de puré de manzana en un armario y regresó al vestuario de los Bulls. Lo dejó frente a Jordan, que parecía impresionado por la diligencia del muchacho.
 
"Extendió la compota de manzana sobre las galletas Graham, se las comió y dijo: 'Lo lograste'", dijo Truman. "Me preguntó mi nombre y dijo: 'Muchas gracias'. ''
 
Los Jazz infringieron a los Bulls una de sus 13 derrotas en la temporada regular. Jordan estaba de mal humor después del partido. Pasó de largo junto a la mesa de recuerdos sin firmar nada, pero se detuvo cuando vio a Truman. Hizo una seña al chico para que se acercara.
 
"Me preguntó si tenía algo que firmar y tenía un cromo en mi bolsillo '', dijo Truman." Lo firmó, sonrió y dijo: 'Te veré en junio' ".
 
Seis meses después, Truman le dio la bienvenida a Jordan de regreso a Utah con sus galletas favoritas y puré de manzana esperando en la casilla de su vestuario antes del primero de los tres partidos de la final que debían disputar en el Delta Center. Conmovido por el gesto, Jordan alegró la noche de Truman recordando su nombre de pila. Aunque trabajaba para los Jazz, Truman iba a ayudar en todo lo posible a Jordan para que se sintiera cómodo y centrado en el partido.
 
Unos días más tarde, desde su lugar de trabajo frente al banquillo de los Bulls durante el quinto partido, Truman pudo ver cuánto estaba sufriendo Jordan por los efectos de la intoxicación alimentaria.
"Estaba a dos metros de distancia", dijo Truman.
 
Vio todas las compresas de hielo que le aplicaban y escuchó la respuesta de Jordan cuando un médico del equipo de los Bulls trató de decirle que se tomara un descanso: "(F**k) ¡no!" Truman fue el muchacho que le entregó una toalla cuando, exhausto, se desplomó en los brazos de Scottie Pippen después de acertar un tiro crucial en la victoria de los Bulls por 90-88, uno de los esfuerzos más memorables de Jordan anotando 38 puntos en unas condiciones deplorables.
 
"Fue algo épico. me sentí como si estuviera al lado de Babe Ruth cuando conectó aquel home run '', dijo Truman." Luego me puse nervioso porque sabía que el vestuario estaría lleno de otras personas que también querían sus zapatillas''.
 
Truman llevó a cabo sus tareas post partido mientras no perdía de vista las zapatillas de Jordan. El 23 de los Bulls fue el último en vestirse, todavía ingiriendo líquidos por vía intravenosa, cuando John Ligmanowski recogió sus zapatillas. Todavía tenían los calcetines de Jordan dentro.
 
"Michael le dijo, 'Déjalo. Esas son para el muchacho'", dijo señalando a Truman. El muchacho no salía de su asombro al comprobar que Jordan recordaba la conversación que habían tenido. La noche mejoró para él cuando tentando a su suerte, le pidió una fotografía.
 
"Su guardaespaldas tomó mi cámara y comenzó a tomar fotos", dijo Truman. "Michael se puso de pie firmó las zapatillas y dijo: 'Lo hiciste bien hoy'.
"Metí las zapatillas en mi bolsa y volví al trabajo".
 
Truman recibió una oferta de un coleccionista unos años después, le ofreció $11,000 en efectivo. Por mucho que Truman necesitaba el dinero en ese momento, lo rechazó.
 
"Fue una decisión difícil"
Las zapatillas estuvieron en una caja de seguridad en un banco del condado de Davis durante 16 años hasta que un amigo le sugirió a Truman que estudiara la opción de subastarlas. Truman quería compartir su historia y obtener de paso unas ganancias. Después, tenía otro par de zapatillas que el propio Jordan le dio en las finales de 1998. Por aquel entonces, como director de ventas de una compañía de telefonía móvil de Salt Lake City pensó que con dos hijas creciendo, el dinero podría ayudarles en el futuro.
 
"Así que llamé a Grey Flannel Auctions y después de pedirme que le enviara una fotografía, me devolvió la llamada después de un minuto", dijo Truman. "Dos días después, estaba en un avión rumbo al estado de Utah. Cuando vio el par de zapatillas dijeron, 'Dios, esto es increíble'. ''
 
El subastador autenticó los zapatos por las marcas de desgaste y estimó que podrían alcanzar hasta 40.000 dólares. Para sorpresa de todos, en diciembre de 2013, aquel par de Air Jordan 12 negras y rojas que se usaron durante el "Flu Game" recibió 15 ofertas y se vendió por $104,765. Truman no supo nada sobre el comprador anónimo, excepto que la puja venía del "extranjero".
 
Con el dinero obtenido en la subasta, Truman pagó algunas deudas e ingresó el resto en un fondo universitario para sus hijos, evitó malgastar ese dinero. Hoy en día todavía conduce un Acura 2006.
"El dinero cambió mi vida pero, no me hizo perder la cabeza", dijo Truman. "Es bueno tenerlo".
Casi tan bueno como los recuerdos que le traían la procedencia del mismo.
 
Via OFF THE BENCH
H/T Los ComeBancos

EFECTO GENERAL

Un astronauta que pasó 178 días en el espacio revela una "gran mentira" de la que se dio cuenta cuando vio la Tierra.
 
Ron Garan, un ex astronauta de la NASA, ha pasado 178 días en el espacio y ha acumulado más de 114 millones de kilómetros viajando en 2.842 órbitas alrededor de la Tierra. Su viaje, sin embargo, no ha sido sólo acerca de números impresionantes. Durante uno de esos viajes, experimentó algo que pocos humanos han experimentado alguna vez: el llamado efecto general, un fenómeno que transforma la forma en que vemos nuestro planeta.
 
El efecto de visión general - o "efecto general" - es un choque de realidad común entre los astronautas. Al observar la Tierra desde el espacio, se dan cuenta, visceralmente, de que el planeta es un sistema único, frágil e interconectado. Para Garan, la experiencia fue tan notable que la describe como un "gran despertar". En una entrevista con el sitio Big Think, reveló: "Ciertas cosas se vuelven innegablemente claras cuando estás allí arriba. "
 
Desde su ventana en la Estación Espacial Internacional, Garan fue testigo de impresionantes fenómenos naturales: tormentas relámpagos que se asemejaban a destellos paparazzi, las aurora boreal bailando como cortinas brillantes, y la atmósfera de la Tierra tan delgada que podías "casi tocar con tus manos. "Pero era la delicadeza de esa capa lo que lo tenía alerta. "Me di cuenta de que todo lo que sostiene la vida en la Tierra depende de una capa frágil, casi como el papel", explicó.
 
La atmósfera, con sus pocos kilómetros de grosor, es lo que protege todas las formas de vida de las condiciones hostiles del espacio. Para Garan, esta visión ha puesto de relieve una paradoja: mientras que la biosfera es vibrante y llena de vida, los sistemas humanos tratan al planeta como una "subvención a la economía global. En otras palabras, damos prioridad al crecimiento económico a costa de los sistemas naturales que nos sostienen. "Estamos viviendo una mentira", afirmó.
 
El astronauta también señaló cómo problemas como el calentamiento global, la deforestación y la pérdida de biodiversidad son tratados como problemas aislados cuando, de hecho, son síntomas de un problema mayor: la desconexión humana con el planeta. "Desde el espacio, queda claro que no nos vemos como parte de un todo. "Mientras no cambiemos esta mentalidad, seguiremos estando en crisis", dijo.
 
La solución, según Garan, es un cambio radical de prioridades. En lugar de pensar en "economía, sociedad, planeta", deberíamos invertir el orden: "planeta, sociedad, economía". Este simple intercambio refleja la necesidad de colocar la salud ambiental como base para todas las demás decisiones. "Esta es la única manera en la que realmente evolucionaremos", argumentó.
 
Otro punto crucial es la independencia. Garan comparó el efecto general con "una lámpara de relámpago" - una epifanía sobre cómo cada acción humana, por pequeña que parezca, afecta el equilibrio global. "No tendremos paz en la Tierra hasta que reconozcamos que todo está interconectado", afirmó.
 
Desde su regreso a la Tierra, Garan se ha dedicado a proyectos que promueven la sostenibilidad y la cooperación global. Su mensaje es claro: necesitamos urgentemente repensar nuestro lugar en el mundo.
¿Alguna vez te has parado a imaginar cómo sería ver la Tierra desde esta perspectiva? Aunque eso no suceda, la visión de Garan nos recuerda que cada elección -desde el consumo de energía hasta el uso de recursos- es un paso hacia la preservación (o la destrucción) de esta delicada "concha" que llamamos hogar.
 
De la red... 

sábado, 18 de octubre de 2025

Dreamworks...

Cuando te cierran la puerta del castillo… construyes el tuyo.
“Después de dedicarle mi vida a Disney… me despidieron por la espalda. Me fui con rabia, con miedo, y con una sola idea: demostrar que los sueños también nacen de las pesadillas.” 
Jeffrey Katzenberg había salvado a Disney de su crisis creativa. Produjo La Sirenita, El Rey León, Aladdín. Dormía en el estudio, creyendo que su esfuerzo lo llevaría a la cima. Pero cuando pidió lo que le prometieron —una posición más alta, una parte justa— lo echaron. Sin explicación. Sin despedida. Esa noche lloró en el auto, sintiéndose traicionado… y con una furia que lo mantuvo vivo. 
Estuvo a punto de abandonar Hollywood. Pero entonces Steven Spielberg y David Geffen le propusieron algo imposible: crear su propio estudio, desde cero. Así nació DreamWorks, un sueño hecho de orgullo, rabia y talento.
No fue fácil. Fracasaron con El Camino hacia El Dorado, se quedaron sin fondos, y las dudas los persiguieron como fantasmas. Pero no se rindieron. Y entonces llegó Shrek: un ogro verde, un burro parlante y una historia que ridiculizó a los cuentos de hadas… y a Disney.
Ganaron un Óscar. Hicieron historia. Y demostraron que la magia también puede venir del exilio. 
“No todos los sueños nacen en castillos. Algunos surgen entre los escombros, cuando decides que no te vas a quedar callado nunca más.”
 
De la red... 

viernes, 10 de octubre de 2025

LA HISTORIA DE ALFRED WEGENER: EL METEORÓLOGO QUE DIJO QUE LOS CONTINENTES SE MOVÍAN Y FUE RIDICULIZADO HASTA SU MUERTE.

 


A principios del siglo XX, un científico alemán llamado Alfred Wegener notó algo que parecía obvio: la costa de Sudamérica encajaba perfectamente con la de África, como piezas de un rompecabezas.

Propuso una teoría revolucionaria: la "deriva continental". Sugirió que todos los continentes habían estado unidos en un supercontinente (Pangea) y que lentamente se habían separado.

La comunidad científica lo destruyó.

👉 Se burlaron de él. ¿Cómo podía un "simple meteorólogo" opinar sobre geología?
👉 Le preguntaron: "¿Qué fuerza podría mover masas de tierra del tamaño de un continente?". Como no tenía la respuesta, desestimaron toda su teoría.

Wegener pasó el resto de su vida viajando por el mundo, acumulando evidencia (fósiles idénticos en continentes separados, formaciones rocosas coincidentes), pero nadie le hizo caso. Murió congelado en una expedición en Groenlandia, siendo considerado un loco por sus pares.

Treinta años después de su muerte, el descubrimiento del fondo oceánico probó que Wegener siempre tuvo razón. Su "loca" teoría es ahora la base de la tectónica de placas, la teoría fundamental de la geología moderna.

Es una lección brutal sobre cómo el establishment a menudo prefiere una explicación cómoda a una verdad inconveniente.

¿Qué crees que frena más el progreso: la falta de evidencia o el ego de los expertos?

De la red... 

jueves, 2 de octubre de 2025

Kim Ung-yong, el genio educador.

En la Corea de 1962 nació un nño que parecía desafiar las leyes del tiempo. Su nombre era Kim Ung-yong, y muy pronto el mundo lo llamaría prodigio.
Antes de aprender a escribir su propio nombre, ya leía con fluidez coreano, japonés, alemán e inglés. A los tres años resolvía problemas matemáticos como quien arma un rompecabezas, y a los cinco fue invitado a la televisión japonesa, donde dejó al público atónito resolviendo ecuaciones diferenciales en vivo.
Mientras otros niños aprendían a contar con los dedos, Kim asistía a cursos de física en la Universidad de Hanyang. Su capacidad era tan deslumbrante que a los doce años obtuvo un doctorado en Estados Unidos y fue contratado por la NASA como investigador. Su coeficiente intelectual, estimado en 210, lo situaba muy por encima de cualquier parámetro conocido.
Pero detrás de los titulares, había un niño.
Un niño que creció rodeado de libros y fórmulas, pero con la soledad como compañera silenciosa. No fue marginado, ni burlado: simplemente vivió a un ritmo tan distinto, que nadie podía seguirlo.
Regresó a Corea en 1978 y eligió otro camino: se graduó como ingeniero civil y se dedicó a la enseñanza, buscando un equilibrio entre la mente brillante y la vida común.
La historia de Kim Ung-yong no es solo la de un genio precoz, sino también una advertencia: el intelecto puede romper barreras, pero el corazón humano necesita compañía, juego y ternura.
Porque incluso los más sabios descubren, tarde o temprano, que la verdadera grandeza no está solo en los números, sino en la forma en que elegimos vivirlos.
 
De la red...