"Quiero ser parte de cualquier cosa que estes haciendo aunque lo que hagas, no se parezca a lo que aprendí”.
Por alguna razón, no tenía temor de explorar territorios nuevos y diferentes a lo tradicional si era Dios quien los protagonizaba. Temprano aprendí, que el mayor enemigo de lo que te falta conocer es lo que conoces ya.
Moisés estaba tan acostumbrado a que Dios le dijera..."golpea con la vara", que cuando Dios le dijo "háblale a la piedra", la golpeó como lo había hecho la primera vez.
No estaban lejos de cruzar el Jordán y Dios quería cambiar el diseño de “golpear” por el de “hablar”.
No cambiar de odre cuando Dios se dispone a derramar vino nuevo le ha costado a más de uno no entrar a su tierra prometida.
EL DISEÑO DE LA VARA ERA EFECTIVO EN EL DESIERTO, PERO NO LO SERÍA AL OTRO LADO DEL JORDÁN.
Saúl estaba tan acostumbrado a ganar batallas con su armadura, que ante un nuevo reto llamado Goliath quiso que David la usara También. Al no poder caminar con ella, David la echó a un lado.
EN LA SOLEDAD DEL DESIERTO, DAVID HABÍA DESCUBIERTO EL DISEÑO DE LA HONDA.
Nuevo reto es igual a nuevo diseño. Vino nuevo no caerá sobre odre viejo. La columna de humo en el día y la de fuego de noche desaparecieron tan pronto el Arca de la Presencia entró al Jordán.
Y siempre será así. Si no abres tu corazón a lo que Dios hace por estar acostumbrado a la vara, o a las columnas de humo y fuego, verás desde lejos a otros entrar a lo que a ti te prometieron también. - Rubén Arroyo
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