La cosa más difícil del mundo es conocernos a nosotros mismos, y la más fácil hablar mal de los demás.- Tales de Mileto
A veces, cuando hablamos mal del prójimo, solo reflejamos ese mal en nosotros que aún no reconocemos. Por otra parte, cuando hablamos bien del prójimo, a sabiendas de no recibir nada a cambio, ejercitamos la humildad y el pensamiento crítico, para poder evaluar las palabras que utilizaremos antes de decirlas. Al menos yo, cuando me veo en la obligación de decir algo malo de álguien, también trato de mencionar alguna de sus cualidades, para ser justo. Ser bueno es fácil, pero controlar la lengua, la tinta y ser justo no. Es un ejercicio de todos los días.
(Proverbios 3:27-28)
No niegues un favor a quien te lo pida,
si en tu mano está el otorgarlo.
Nunca digas a tu prójimo:
«Vuelve más tarde; te ayudaré mañana»,
si hoy tienes con qué ayudarlo.
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