La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse. - Roger Martin Du Gard
Analogía:
Un día un chico de trece años paseaba por la playa con su madre. Hubo un momento en que la miró con insistencia y le preguntó:
Mamá, ¿Qué puedo hacer para conservar un amigo que he tenido mucha suerte en encontrar?
La madre pensó unos momentos, se inclinó y recogió arena con sus dos
manos. Con las dos palmas abiertas hacia arriba, apretó una de ellas con
fuerza. La arena se escapó entre los dedos. Y cuanto más apretaba el
puño, más arena se escapaba.
En cambio, la otra mano permanecía bien abierta: allí se quedó intacta la arena que había recogido.
El chico observó maravillado el ejemplo de la madre entendiendo que,
sólo con abertura y libertad, se puede mantener una amistad y que el
hecho de intentar retenerla o encerrarla, significaba perderla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario