
El que sabe amar perdona, el que perdona sabe amar. La grandeza de éste consiste en saber discernir cuando ha sanado su herida y el cómo volver a entablar una relación con quien le hiriera (de ser necesario), asegurándose así el no volver a ser herido de la misma manera o por la misma persona.
El que sabe amar lo hace libremente; porque es libre de decidir a quien amar y cómo amarle. De esta manera el amor no encadena, simplemente enlaza, pero ese lazo se vuelve más fuerte que cualquier tipo de cadena, más cierto que la verdad misma, más seguro que la misma muerte, y más largo que la misma eternidad.
El que sabe amar está en constante análisis sobre como crecer, mejorar y es humilde. El que falla primero debe reconocer su error o errores, debe ser lo suficientemente humilde para disculparse y aprender para no volver a cometer la misma falta, y estar dispuesto a pagar las consecuencias de sus acciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario