Si habláramos de la belleza en términos de mercadeo, podríamos concluir que los seres humanos no hemos integrado el concepto a la hora de escoger a nuestra pareja; ya que la mayoría de nosotros...
- nos enamoramos de la envoltura y no del producto
- invertimos más en la envoltura y no en el producto
- somos infieles a causa de la envoltura y no del producto
- cuando la envoltura deja de ser llamativa pensamos en desecharla y olvidamos el producto y el tiempo invertido en él.
Inclusive; en términos religiosos; si vieramos la salvación como una gran inversión, seríamos grandes santos, aunque fuera por negocio.
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