Con la vida he aprendido a enfrentar mis temores, y mientras más rápido se enfrentan, menos el calvario, mejor el resultado. Vivir con la incertidumbre mata el hoy, ensombrece el futuro. Tratar de tener todo bajo control es una ilusión, el control es el resultado del miedo, enemigo de la confianza, la cual se debe brindar para ser feliz. Ese miedo puede provenir de diversas experiencias pasadas, de heridas emocionales sin sanar, creando inseguriades y miedos en el individuo que se reflejan de diversas maneras, tales como el control y la manipulación.
Vivir con ilusión del control es como estar dando vueltas en un círculo vicioso, del cual es bien difícil salir, y peor aún, te aleja de la felicidad, que es ese estado donde el individuo disfruta plenamente de su vida, de sus logros, de los suyos. El control no se toma, se otorga al individuo cuando ha mostrado la capacidad para x o y tarea, el control siempre será finito, por tanto, continuará siendo una ilusión. El individuo simplemente debe entender su rol, aceptar su responsabilidad, y trabajarla. Parece simple, pero no lo es. Conlleva disciplina, capacidad y compromiso. Entonces deja de llamarse control, y se convierte en compromiso.
No es lo mismo la ilusión del control que la ilusión de ese niño que espera en confianza algo, porque cree en sus padres, porque sabe, desde su inocencia, que todo estará bien. Debemos aprender de los niños a disfrutar del día a día en armonía, con amor, en paz, porque tenemos un Padre que nos cuida. Si te esmeras en dar lo mejor de tí, todo estará bien, de una manera o la otra. Uno atrae lo que brinda, esmérate y concéntrate en lo que tienes para obsequiar, que la vida y el tiempo se encargarán del resto. Intenta renacer ese niño en tí, para que aprendas a disfrutar del hoy en confianza, y cosechar mañanas con la verdadera y saludable ilusión de una interminable navidad.
Video complementaio reflexivo: https://www.youtube.com/watch?v=QeunfLfuK-E