Si la utopía no existe, tampoco la alegría
que nace en cada pecho, cuando brota el amor.
Si la utopía no existe, tampoco la esperanza
que alimentan los días, que nos tocó vivir.
Si cada cual pudiese colocarse en lugar del otro
y entender corazones, no escuchar razón
se caerían todas una a una las fortificaciones
seríamos un solo pueblo, cicatrizado corazón.
Si cada uno pudiese gritar con una sonrisa
evitaríamos tanto daño, que en nada se quedó
se vaciaría la carcel que encierra la ignominia
de aquellos que perdieron su ingenuidad mayor.
Si cada arma fabricada, perdiera su valía
aplicándose a aquél que se le engañó
seríamos todos ricos, en un mundo perdido
entre páginas negras, de un libro de color.
Si la utopía no existe, tampoco la alegría
que nace en cada pecho, cuando brota el amor.
Si la utopía no existe, tampoco la esperanza
que alimentan los días, que nos tocó vivir.
Si los colores venciera, el don del daltonismo
si la corrienta ya, no arrastrara más
hallaría la olla de oro, al fin del arocoiris
al unicornio, Albanta, al nunca jamás.
Pero cómo he de hallar, lo inasequible
le escribo versos, esparzo las canciones
con la esperanza inútil, de que se interese
y lo inasequible, me halle un día a mí.
Si la utopía no existe, tampoco la alegría
que nace en cada pecho, cuando brota el amor.
Si la utopía no existe, tampoco la esperanza
que alimentan los días, que nos tocó vivir.
C.A.P.O. Blue - Derechos Reservados
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