Vive de tal manera que puedas mirar fijamente a los ojos de cualquiera y mandarle al diablo. - Henry-Louis Mencken.
Ese pensamiento de Mencken es interesante, se lee bonito, pero es algo realmente fácil y carente de productividad. El verdadero y riguroso reto, la genialidad, algo inmenso y probado, sería poder vivir de tal manera que cuando uno mire fijamente a los ojos a cualquiera le haga pensar en lo inexplicable, lo indescriptible, en la maravilla, en la sutil grandeza, la profunda humildad y el infinito amor que solamente puede provenir de un Dios... O sea, sería un reto intentar poder vivir de tal manera que puedas mirar fijamente a los ojos a cualquiera y mandarle directamente a Dios.
La verdadera grandeza esta oculta en las cosas pequeñas, los gestos sutiles y cotidianos, casi desapercibidos, pero inmersos en el amor, la caridad y la misericordia. Aquél que es capaz de encontrar lo grande en lo pequeño, en lo simple, está preparado también para lo grande, porque vive en ello.
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