El
éxito es reconocimiento y el que no necesita reconocimientos es
totalmente libre. Aquél que es libre carece de barreras para expresar su
arte, carece de moldes para crear, así que crea su propio molde, carece
de competencia, por tanto ignora la crítica no constructiva o la
utiliza como motor de arranque. La única
limitación es dónde poder expresar su arte y ser remunerado. Bueno, la
tecnología ofrece un sinnúmero de lugares donde exponer gratuitamente el
arte, todo es cuestión de lo que quieras expresar y de tiempo. El
destino juega muchas cartas,y como dice Coelho: "Cuando una persona
desea realmente algo, todo el universo conspira para ayudar a esa
persona a realizar su sueño".
En nuesta humilde opinión, los sueños son encomiendas divinas y a nosotros nos toca descifrarlas viviendo, luchando, trabajando, orando, confiando. Dios en su magnífica omnipotencia bendice durante el trayecto. Al artista primero lo bendice con el don que se le otorga, luego lo compromete con decir algo a través de su arte, también le otorga las herramientas necesarias para el camino, pero el éxito no debe ser el enfoque jamás. El enfoque debe ser el disfrutar de la libertad de hacer su encomienda, que es arte, de la manera más divertida, competitiva y retante posible.
El arte es como un deporte extremo, donde destacan los arriesgados a romper viejos moldes y crear moldes nuevos, desde su libertad. El arte suele ser sublime, perverso, alegórico, metafórico, incomprensible, sencillo, macabro, divino...no deja de ser arte. Debemos recordar que el arte responde a los miedos, convicciones, amores y búsqueda del propio artista. Cada artista expone lo que es en su arte, y sin importar lo que exponga, el artista debe sentirse orgulloso de sus hijos, porque con cada hijo deja algo de su vida.
Siempre habrán influencias, pero el artista que busca ser libre en un mundo de tantas ataduras lo comparo con tratar de ir en un barco a la deriva, pero la libertad misma de escoger ir en ese barco sin rumbo fijo en sí es el mayor de los éxitos y a su vez la mayor aventura. Esa que asusta pero a su vez emociona se vuelve constante adrenalina...Con lo que la sociedad llama éxito vendrán luego las evaluaciones y reseñas condenando o endiosando al artista. El artista lucha, porque sabe que lleva en sí un poco de los dos, de esa llama divina llamada inspiración que le escogió y llamó artista, y de esa constante que le recuerda su condición pasajera, humana.
El artista que es libre no teme a cuán valorado o ignorado es su arte, porque su arte es su "hobbie", su amante, su sueño, su mundo, su escape...el arte culmina siendo lo que el artista siempre quiso que fuera, es entonces cuando el artista realmente vive, y por lo que está dispuesto también a morir. El artista libre se entrega ciegamente, y en total libertad se ata a su destino, lo asume. Libre paradoja es el éxito, que en la vida ata, y con la muerte trae consigo el olvido, o a la inmortalidad.
En nuesta humilde opinión, los sueños son encomiendas divinas y a nosotros nos toca descifrarlas viviendo, luchando, trabajando, orando, confiando. Dios en su magnífica omnipotencia bendice durante el trayecto. Al artista primero lo bendice con el don que se le otorga, luego lo compromete con decir algo a través de su arte, también le otorga las herramientas necesarias para el camino, pero el éxito no debe ser el enfoque jamás. El enfoque debe ser el disfrutar de la libertad de hacer su encomienda, que es arte, de la manera más divertida, competitiva y retante posible.
El arte es como un deporte extremo, donde destacan los arriesgados a romper viejos moldes y crear moldes nuevos, desde su libertad. El arte suele ser sublime, perverso, alegórico, metafórico, incomprensible, sencillo, macabro, divino...no deja de ser arte. Debemos recordar que el arte responde a los miedos, convicciones, amores y búsqueda del propio artista. Cada artista expone lo que es en su arte, y sin importar lo que exponga, el artista debe sentirse orgulloso de sus hijos, porque con cada hijo deja algo de su vida.
Siempre habrán influencias, pero el artista que busca ser libre en un mundo de tantas ataduras lo comparo con tratar de ir en un barco a la deriva, pero la libertad misma de escoger ir en ese barco sin rumbo fijo en sí es el mayor de los éxitos y a su vez la mayor aventura. Esa que asusta pero a su vez emociona se vuelve constante adrenalina...Con lo que la sociedad llama éxito vendrán luego las evaluaciones y reseñas condenando o endiosando al artista. El artista lucha, porque sabe que lleva en sí un poco de los dos, de esa llama divina llamada inspiración que le escogió y llamó artista, y de esa constante que le recuerda su condición pasajera, humana.
El artista que es libre no teme a cuán valorado o ignorado es su arte, porque su arte es su "hobbie", su amante, su sueño, su mundo, su escape...el arte culmina siendo lo que el artista siempre quiso que fuera, es entonces cuando el artista realmente vive, y por lo que está dispuesto también a morir. El artista libre se entrega ciegamente, y en total libertad se ata a su destino, lo asume. Libre paradoja es el éxito, que en la vida ata, y con la muerte trae consigo el olvido, o a la inmortalidad.
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