Para llegar lejos, camina. El paso lo deben decidir las situaciones que encuentres en el camino, no tú. El avance lo mide el Creador, tú solo apresura o disminuye cuando creas meritorio, descansa cuando lo necesites y corre cuando sea requerido. No pararás, porque aunque detengas tus pasos por un rato tu mente avanzará coordinando lo próximo, lo que no ves pero aún así presientes. Así se avanza en la carrera de la vida. A veces a ciegas; a veces a oscuras, a veces alegres, a veces tristes, pero nunca solos. Aunque Dios juegue a escondidas, aunque a veces desvíes el camino, ten la certeza que Dios nunca se fue. Solo avanza caminando, de acuerdo al cada día. Quizás no te des cuenta, pero habrás llegado más lejos de lo que jamás imaginaste. Continuar es evolucionar, es vida, y de decidir por continuar habrás vivido, habrás evolucionado.
A veces para llegar lejos solo hay que retroceder un poco, calcular, y tomar impulso. Otras veces se avanza más cuando se avanza menos, porque en la quietud, en el reposo avanzamos sin movernos. Métodos hay tantos para avanzar, pero el primer paso es el más importante, porque es el decisivo, y por tanto debe ser el paso más rotundo. El primer paso debe ser un paso de fe. La fe verdadera nace de la experiencia, y la mayor experiencia se debe dar en el corazón, porque las experiencias del corazón jamás se olvidan, te marcan para siempre.
Las mayores revoluciones comienzan como ideas que se albergan en los corazones. Un hombre es incapaz de revolucionar afuera si su corazón y su mente no han pasado primero por un fuego revolucionario. Y no ha existido ni existirá jamas una revolución de la magnitud de la revolución sangrada por el Jesucristo histórico, ni sacrificio tan profundo como el suyo. Ese es el mismo Jesús que desea habitar en tu corazón, y revolucionar tu esencia de verdadero amor.
Para llegar lejos el primer paso es el decisivo, y comienza con un sí. Un sí de fe ciego, lo demás se aprenderá en el trayecto. Sea corto, largo, rápido o lento, eso déjaselo a El. Tú solo discierne y confía...para llegar lejos.
