Siempre sumar, jamás restar. - Reflexión

Cierta vez un discípulo preguntó al maestro:

Maestro, si a la hora de evaluar le toca un estudiante que ha sido algo difícil, al que usted ha regañado mucho. Un discípulo que ha sido algo irresponsable o vago. Pero aún así el estudiante, en el proceso busca cumplir con lo requerido, y culmina cumpliendo a cabalidad con sus tareas. A la hora de evaluar, usted le quitaría puntos por su indisciplina o faltas pasadas?

El maestro calló y pensó por unos segundos, luego volvió su rostro donde el discípulo que le preguntaba, y con una sonrisa en su rostro contestó:

Si el discípulo, durante el proceso, cumple con la tarea, saca de su tiempo y cumple, se enmienda. Entonces se evalúa la tarea y el maestro dispone de su libertad para decidir, así como el discípulo dispuso de su tiempo. En mi caso, he pensado que mi función como maestro debe ser siempre sumar, jamás restar. Para restar tenemos a la vida misma, y a las decisiones que libremente toma cada día el ser humano.

El discípulo calló, y sonrió junto al maestro.

Reflexión - CP

"Sumar no es siempre agregar ni restar es siempre quitar."

Sencilla grandeza...

Estaba conversando con una de mis hermanas en su cumpleaños y en la conversación nace el pensamiento: "Cuando a uno le llenan las cosas sencillas es que esta listo para las cosas grandes." Y repetí la frase, hice silencio. Entonces mi hermana continuó la conversación sumando palabras bonitas a la frase que le parí a la nada... o al todo.

Recuerdo la canción del cantautor cristiano católico argentino Daniel Poli: Yo creo en las promesas de Dios, la cual cita - "Si soy fiel en lo poco, El me confiará más, si soy fiel en lo poco, mis pasos guiará." También recordé una promesa que hice en 1998, la cual aún sigo esperando ver cumplida su parte, porque siempre supe de alguna manera que no ha estado en mis manos el que se cumpliera, como también supe que hay cosas que no se ganan, que son simplemente gracia, y que el tiempo prepara a cada cual para llegar a "su tiempo", valga la redundancia.

A Dios se le encuentra en las cosas simples de la vida, hallándolo en la cotidianidad nos prepara para mostrarlo en las cosas grandes, Pablo Milanés canta: "Lo que brilla con luz propia nadie lo puede apagar. Su brillo puede alcanzar la oscuridad de otras cosas." Y existen dos maneras de ser luz: "Ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja". Así como la luna y el sol entran en relación respecto a la luz, así también podemos relacionar a Dios con el hombre. Pero nosotros somos más que luz, al igual que Dios es mucho más que el concepto que tenemos de El... y calla, sigue siendo Dios sin hacer ruido.

Nosotros también somos semilla, árbol, fruto, depende la estación por la que estemos pasando, depende nuestro ciclo...hasta que volvemos a la raíz, que es Dios mismo. Cavilo...y me siento listo para lo que venga, me siento listo y agradezco por lo que fue y por lo que será. Desde la sencillez, desde la cotidianidad, desde mi actual madurez, desde mi todo y mi nada, que son tan diferentes y tan iguales.

Culmino repitiendo mi concepto de la grandeza: La grandeza del hombre debe ser medida por su capacidad de hacerse pequeño.

Sencilla grandeza.