Cuando dice que no.

Me identifico mucho con la canción de Samuel Hernandez: "Dios me dijo que no" . Yo todo lo consulto con Papá, y siempre le suplico que sea El el que tome las riendas de mi vida, por encima de mis propias decisiones a veces buenas, a veces egoístas, a veces simplemente humanas. Yo creo que en esa decisión de abandonarse a su santa voluntad se concentra la esencia de toda fe en Dios. Al abandonarnos ejercitamos la humildad, aumentamos y/o activamos nuestra fe como consecuencia, y decidimos vivir de su gracia. Dios no falla a quienes le confían su vida. Pero Dios es un Dios celoso, y exige ser el primero en nuestras vidas.

En el pasado Saúl siendo el rey ungido le falló cuando quiso matar a David, a sabiendas de que era el nuevo ungido de Dios para ser Rey. David también le falló a Dios posteriormente cuando envía a su amigo Urías a una muerte segura para quedarse con Betsabé, su mujer. Salomón, hijo de David, también le falló a Dios cuando decide casarse con mujeres extranjeras, incluso le da la espalda y adora  ídolos. El problema principal fue que estos ungidos de Dios no entendieron que de Dios no hay cómo ocultarse, y los mandatos que les dió fue por el bien de ellos, no un mero capricho divino.

Vivir los caminos de Dios no es fácil, pero tampoco imposible, en ellos habrá tiempos para la prueba, para la siembra y para la vendimia, para reír y para llorar, como cita el Eclesiastes cuando dice que todo tiene su tiempo (Eclesiastés 3). El nos asegura dos cosas a quienes confiamos nuestras vidas a su divina providencia: que no habrá prueba por encima de nuestras fuerzas, y que no estaremos solos. Confiémos en El, que tarde o temprano paga el ciento por uno. Además, en nuestra experiencia, no existe satisfacción más grata que el sentirse amado por El, no hay paz como la que El puede brindar, y no hay amor más puro, genuino y seguro que el de nuestro primer amor, el de Papá. Pongamos todas nuestras cargas, metas y preocupaciones en su manos. Aprendamos del mismo error que cometieron Saúl, David y Salomón, que fue el creer que Dios no les entendería, y decidieron realizar sus caprichos y deseos a sus espaldas. El sabe de todas nuestras inclinaciones, deseos y costumbres. El no nos quiere perfectos, nos quiere dispuestos, para poder moldearnos de acuerdo a su plan para nuestras vidas. Consultémosle todo, seamos justos y perseverantes en la fe, que la vida misma nos sorprenderá. Es una promesa.

Les comparto la canción que inspiró esta reflexión:

Dios me dijo que no - Samuel Hernández
https://www.youtube.com/watch?v=MMzxCMQAu8o

Le dije al Señor que quería paciencia y El me dijo que no
la paciencia es producto de la tribulación
la paciencia es producto de la tribulación
no se concede se conquista.
 
Le dije al Señor que quitara mi orgullo
El me dijo q no, es algo q yo tengo que entregar
yo le dije al Señor que yo quería riquezas
y El me dijo q no, que aprendiera a depender de El.
 
Yo le dije al Señor que sanara a mi madre
y me dijo que no, es un proceso que tenemos que pasar
a mi tiempo yo obraré, entiéndelo Samuel 
porque yo soy Jehova.

Coro
Al fin he comprendido, hacer tu voluntad
que eres mi dueño y mi guía lo eres tú...
lo que el Espíritu diga eso se hará...
porque aquí en tí y en mí manda Jehová.

Le dije al Señor que sanara mi tierra
y El me dijo que no, que primero hay que humillarse
si se humillare mi pueblo sobre El cual mi nombre es invocado
yo sanaré su tierra y los perdonaré.

coro
 
Le dije Señor que si me amaba
y El me dijo que sí, al fin estas entendiendo...
unas veces El contesta que sí
y otras veces te deja hijo lo sé, en espera
pero ha venido a contentarme, aunque me diga q no!