
La nobleza y la humildad van de la mano, el que lucha por desarrollar una ejercerá la otra como consecuencia...y a su vez, será un hombre virtuoso...será digno reflejo del verbo amor.
Con el nacimiento nos es regalada la dignidad; la vida y la familia. Lo demás se desarrolla, y la meta mínima del alma... volver a su punto de origen. El cuerpo a la tierra, el aliento al seno paterno.
En mi viaje por la vida he escalado montañas, navegado mares y surcado cielos. También he caído, rodado y dado muchos golpes... Tan rápido como me caigo me levanto, o por lo menos casi.
Más mi mayor esperanza es lograr dar el golpe de mi vida... de no poder entrar al cielo por mérito propio; por lo menos robarme el boleto de entrada, humildemente, como el buen ladrón.
Pensamientos dedicados a Raúl Serralles
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