
Lo que vales a veces no es lo que tu crees. Porque el concepto valor es algo complejo. Hay una diferencia grande entre lo que se te enseña y lo que en realidad es. Sin mencionar lo que la sociedad y la cultura sostiene como valor...lo cual varía de acuerdo al lugar y al tiempo en que se vive.
Un gran ejemplo que demuestra que nuestra sociedad esta enferma y tiene que reevaluar dichos conceptos es la penalidad dada por ejemplo al que atropella a un animal, y al que atropella a un niño, una mujer, o el mismo crimen de odio por preferencia sexual.
Nuestro deber y compromiso es plasmar claramente nuestro concepto sobre el valor humano, dividiéndolo en tres partes complementarias y dependientes una de la otra:
1- Nuestro valor lo obtenemos desde el mismo día en que fuimos engendrados en el seno de nuestra madre.
2- Nuestro valor lo comprendemos cuando reconocemos lo que valemos. Venciendo todo tipo de complejo, aceptándonos y amándonos tal y como somos.
Si no sabemos lo que valemos, como rayos pretendemos amar al prójimo como a nosotros mismos? Si no sabemos todavía amarnos como en realidad merecemos? Probablemente seremos también injustos al tratar con el prójimo como consecuencia.
Y este valor no nos lo da nuestra nacionalidad, credo, raza, edad, status social o preferencia sexual. Lo da el simple hecho de que existimos.
3- Nuestro valor lo representamos con nuestras acciones y palabras, reconociendo en el otro a un semejante, un reflejo, un hermano. Sobre todas las cosas.
Podemos concluir que nuestro valor también es trino, así como nuestro concepto defendido anteriormente sobre Dios, los grados de inteligencia y nuestro yo personal: Alma, mente y cuerpo.