En este blog compartiré mi música, poemas, reflexiones,y artículos de contenido histórico. También compartiré trabajos de quienes han sido mis maestros, y todo lo que me apasiona en el mundo de la historia, la espiritualidad y de las artes.
Saga Espiritual - Chadys
Agradezco su aportación
Las donaciones son bienvenidas, y de forma segura a través de PayPal.
Translate
Saludos cordiales:
Visitas al blog
miércoles, 14 de julio de 2010
sábado, 10 de julio de 2010
El Don...
La misma palabra menciona en la oración de Salomón el don de discernimiento como uno de los mayores dones; y el porqué le fuera concedido.
Ahora; Pablo, en la primera carta a la Iglesia de Corinto señala:
"Procuren el amor y aspiren a los dones espirituales, especialmente el don de profecía (1 Co 14.1)".
Ojalá que todos ustedes habláran en lenguas!, pero sería mucho mejor que fueran todos profetas (1 Co 14.5)
Tambien el Espiritu Santo puede activar (no digo otorgar porque se supone que se hagan parte de uno en el bautismo) los otros 7 dones a quien se los pidiera con fe... en su momento apropiado. Estos son: Fe; sanación,lenguas, interpretación de lenguas, sabiduría y conocimiento (1 Co 12).
Pero no olvides una cosa, pedir el don más importante, de los dones El Don: Dios mismo.
Pidamos menos y alabemos más.
Solo una cosa...
Solo una cosa de este mundo no pertenece a Dios... nuestra voluntad.
Una vez sometida a Dios en su totalidad... volvemos a él irremediablemente.
Pero en el proceso; podríamos ser capaces de realizar cosas que jamás imaginaríamos poder hacer; es entonces cuando descubrimos lo grande que somos; cuando ejercitamos la voluntad y la combinamos con la fe y el esfuerzo... ya sea espiritual; intelectual o físico.
lunes, 5 de julio de 2010
La Culpa...del Padre Pío...su incondicional amor.
"Caminad con sencillez por el sendero del Señor y no atormentéis vuestro espíritu.
Aprended a odiar vuestros defectos, pero siempre con serenidad. Y si el demonio todavía ronda rabioso en derredor vuestro, alegraos, es muy buena señal.
Lo que horroriza es su paz, su concordia con el alma humana".
No dudes...dudar es el peor insulto que podemos hacer a la Divinidad-. Padre Pío
PENSAMIENTOS DEL PADRE PÍO
La presencia de Jesús en el corazón:
Todo lo podría resumir así: me siento devorado por el amor a Dios y el amor por el prójimo. Dios está siempre presente en mi mente, y lo llevo impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista: me toca admirar su belleza, sus sonrisas y sus emociones, su misericordia, su venganza o más bien el rigor de su justicia
...¿Cómo es posible ver a Dios entristecerse por el mal y no entristecerse también uno?
Si Jesús se manifiesta a vosotros, dadle gracias; si se os oculta, dadle gracias. Todo esto es un juego de amor para traernos dulcemente hacia el Padre. Perseverad hasta la muerte, hasta la muerte con Cristo en la Cruz.
Dios enriquece a quien se despoja totalmente de sí mismo.
Amor:
Las cosas humanas necesitan ser conocidas para ser amadas; las divinas necesitan ser amadas para ser conocidas.
No lo olvidéis: el eje de la perfección es el amor. Quien está centrado en el amor, vive en Dios, porque Dios es Amor, como lo dice el Apóstol.
El amor y el temor deben estar unidos: el temor sin amor se vuelve cobardía; el amor sin temor, se transforma en presunción. Entonces uno pierde el rumbo. El amor sin temor corre como caballo desbocado. No sabe a donde se dirige.
La divina Solicitud no solo no rechaza a las almas arrepentidas, sino que sale en busca de la más empedernida.
Todas las almas que aman a Jesús deben ir pareciéndose cada vez más al divino y eterno modelo.
Confianza en Dios:
El corazón de nuestro divino Maestro no conoce más que la ley del amor, la dulzura y la humildad. Poned vuestra confianza en la divina bondad de Dios, y estad seguros de que la tierra y el cielo fallarán antes que la protección de vuestro Salvador.
Caminad sencillamente por la senda del Señor, no os torturéis el espíritu. Debéis detestar vuestros pecados, pero con una serena seguridad, no con una punzante inquietud.
Santa Misa:
“Sería más fácil que la tierra se rigiera sin el sol, que sin la santa Misa”.
María Santísima:
Si no hubiera Fe los hombres te llamarían diosa. Tus ojos resplandecen más que el sol, eres hermosa, Madre, me glorío, ¡Te quiero!
Oye, Madre, yo te quiero más que a todas las criaturas de la tierra y del cielo;... después de Jesús, es claro; te quiero tanto.
Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Seamos inmensamente gratos a la Virgen. ¡Ella nos dio a Jesús!
Permaneced como la Virgen, al pie de la Cruz, y seréis consolados. Ni siquiera allí María se sentía abandonada. Por el contrario, su Hijo la amó aun más por sus sufrimientos.
Oración:
“Solo quiero ser un fraile que reza...
Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración...
La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...”
La oración debe ser insistente, pues la insistencia denota fe.
Reza. Espera. No te impacientes. La intranquilidad no te favorece en absoluto. Dios es misericordioso. Escuchará tu plegaria.
El don de la oración está en manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti mismo, es decir, de tu amor propio y de toda atadura carnal, entrando en la santa humildad, más lo comunicará Dios a tu corazón.
Toda oración es preciosa, si se hace con recta intención y buena voluntad.
A Dios se le busca en los libros, se le encuentra en la meditación.
En la medida en que vaciéis vuestro Yo de sí mismo - es decir, del apego a los sentidos y a vuestra propia voluntad - , echando raíces en la santa humildad, el Señor hablará a vuestro corazón.
Practicad con perseverancia la meditación a pequeños pasos, hasta que tengáis piernas fuertes, o más bien alas. Tal como el huevo puesto en la colmena se transforma, a su debido tiempo, en una abeja, industriosa obrera de la miel.
Sed vigilantes cuando meditéis. Generalmente los que se entregan a la meditación, lo hacen con una especie de arrogancia, tan ansiosos están por encontrar el sujeto susceptible de consolar su espíritu, y esto es suficiente para impedirles encontrar lo que buscan.
Liberarse de la ansiedad:
Si vuestro espíritu no se concentra, vuestro corazón esta vacío de amor. Cuando se busca sea lo que sea con avidez y prisa, puede uno tocar cientos de veces el objeto sin ni siquiera darse cuenta. La ansiedad vana e inútil os fatigará espiritualmente, y vuestro espíritu no podrá dominar su sujeto. Hay que liberarse de toda ansiedad, porque ella es la peor enemiga de la devoción sincera y auténtica. Y esto principalmente cuando se ora. Recordad que la gracia y el gusto de la oración no proviene de la tierra sino del cielo y que es en vano utilizar una fuerza que solo podría perjudicaros.
El Orgullo y la Soberbia:
Los "porqués" han arruinado el mundo.El hombre es tan soberbio que, teniendo medios y salud, cree ser Dios, incluso superior a El. Cuando, por cualquier razón, se encuentra ante su realidad, solamente entonces se acuerda de que existe un Ser Supremo.
La humildad es verdad, la verdad humildad.
Crecimiento:
Para crecer, necesitamos del pan básico: la cruz, la humillación, las pruebas y las negaciones.
Crítica:
No tolero la crítica y la habladuría sobre los hermanos. Es cierto que a veces me divierte aguijonearlos, pero la murmuración me da náuseas. Tenemos tantos defectos que criticarnos a nosotros mismos ¿Por qué perder tiempo en lo de los hermanos?
Enemigos:
Jamás pasó por mi mente la idea de una venganza. Recé por los detractores y rezo por ellos. Quizá alguna vez le dije al Señor: “Señor, si para convertirlos es necesario algún fustazo, hazlo, con tal que se salven”.
Humildad:
La caridad es la reina de las virtudes. Como el hilo entrelaza las perlas, así la caridad a las otras virtudes; cuando se rompe el hilo caen las perlas. Por eso cuando falta la caridad, las virtudes se pierden.
La caridad es la medida con la que el Señor nos juzgará a todos.
La humildad y la caridad son compañeras inseparables. La una glorifica, la otra santifica.
La humildad y la caridad son las piedras maestras, todas las demás virtudes dependen de ellas: la una es la más alta, la otra es la más baja.
La humildad y la pureza de vida son alas que nos elevan a Dios, casi nos divinizan.
Está más cerca de Dios el malhechor que se averguenza de sus fechorías, que el hombre honesto que se averguenza de hacer el bien.
Si necesitamos paciencia para tolerar las miserias ajenas, más aún debemos soportarnos a nosotros mismos.
En tus diarias infidelidades, humíllate, humíllate, humíllate siempre. Cuando el Señor te vea humillado hasta el suelo, te tenderá su mano. Él mismo pensará en atraerte hacia Él.
Como una señora admitiera que tenía cierta inclinación a la vanidad, el Padre comentó: - “¿Ha observado usted un campo de trigo en sazón? Unas espigas se mantienen erguidas, mientras otras se inclinan hacia la tierra. Pongamos a pruebe a los mas altivos, descubriremos que están vacíos, en tanto los que se inclinan, los humildes, están cargados de granos”
Dios enriquece al hombre que ha hecho el vacío en sí mismo.
Paciencia:
Guardad en lo más hondo del espíritu las palabras de Nuestro Señor: “A fuerza de paciencia, poseeréis vuestra alma”.
Siendo pacientes, no sólo nos encontraremos a nosotros mismos, sino también nuestra alma, y en ella a Dios.
Prudencia:
La prudencia tiene ojos. El amor piernas. El amor, que tiene piernas, querría correr hacia Dios, pero su impulso es ciego, y uno tropezaría, de no estar dirigido por los ojos de la prudencia...
Pruebas y tentaciones:
Si llegáramos a saber los méritos que obtenemos por las tentaciones sufridas con paciencia y vencidas, casi exclamaríamos: ¡Señor, envíanos tentaciones!
La caridad es la medida con la que el Señor nos juzgará a todos.
Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a prueba. Por tanto, ¡Coraje! y adelante siempre.
Por muy altas que sean las olas, el Señor es más alto. ¡Espera!... la calma volverá.
Las pruebas a las que Dios os somete y os someterá, todas son signos del amor Divino y Perlas para el alma.
Uno puede ahogarse en alta mar, y también puede sofocarse hasta el ahogo con un simple vaso de agua.- ¿Donde esta la diferencia? - ¿Acaso no es la muerte, en cualquiera de esas formas?.
El demonio es como perro encadenado; si uno se mantiene a distancia de él, no será mordido.
Jesús os guía hacia el cielo por campos o por desiertos - ¿que importancia tiene? Acomodaos a las pruebas que Él quiera enviaros, como si debieran ser vuestras compañeras para toda la vida; cuando menos lo esperéis, quizás queden resueltas.
Los grandes corazones ignoran los agravios mezquinos.
En una estampa representando la cruz, el Padre escribió estas palabras: “El madero no os aplastará; si alguna vez vaciláis bajo su peso, su poder os volverá a enderezar”.
Gólgota. Una cima cuya ascensión nos reserva una visión beatífica de nuestro amado Salvador.
Por los golpes reiterados de su martillo, el Artista divino talla las piedras que servirán para construir el Edificio Eterno.
Cuando un constructor quiere levantar una casa, debe ante todo limpiar y nivelar el terreno; el Padre celestial procede de igual manera con el alma elegida que, desde toda la eternidad ha sido concebida para el fin que El se propone; por eso tiene que emplear el martillo y el cincel. Esos golpes de cincel son las sombras, los miedos, las tentaciones, las penas, los temores espirituales y también las enfermedades corporales. Dad pues, gracias al Padre celestial por todo lo que impone a vuestra alma. Abandonaos a Él totalmente. Os trata como trató a Jesús en el Calvario.
Es mediante una sumisión completa y ciega que os sentiréis guiado en medio de las sombras, las perplejidades y las luchas de la vida. “El hombre obediente cantará victoria”, nos dice la Escritura. Si Jesús se manifiesta a vosotros, dadle también las gracias; si se oculta a vuestra vista, dadle también las gracias. Todo esto compone el yugo del amor.
No escuchéis lo que os dice vuestra imaginación. Por ejemplo, que la vida que lleváis es incapaz de guiaros al bien. La gracia de Jesús vela y os hará obrar para ese bien.
La Lucha:
El miedo es peor que el mal mismo.
Hay que ser valientes para ser grandes: es nuestro deber. La vida es una lucha que no podemos abandonar, pero hay que vencer.
El simple hecho de sufrir la tentación de pensamientos impuros no es pecado. Rechazándolos se practica la virtud.
En la vida espiritual; cuando no se adelanta, se retrocede.
El Credo más hermoso es el que florece en vuestros labios en los momentos más negros, más sacrificados, más dolorosos.
Pobres:
En todo pobre está Jesús agonizante; en todo enfermo está Jesús sufriente; en todo enfermo pobre está Jesús dos veces presente.
Sufrimiento:
Casi todos vienen a mí para que les alivie la Cruz; son muy pocos los que se me acercan para que les enseñe a llevarla.
La vida del cristiano no es más que un perpetuo esfuerzo contra sí mismo. El alma no florece sino merced al dolor.
Apelad a Dios cuando vuestra cruz os martiriza. Así imitaréis a su hijo que, en Getsemaní, imploro algún alivio. Pero como Él, estad dispuesto a decir: - FIAT!.
¿Por que?:
“Lo importante es caminar con sencillez ante el Señor. No pidas cuenta a Dios, ni le digas jamás: ¿Por qué?, aunque te haga pasar por el desierto. Una sola cosa es necesaria: Estar cerca de Jesús. Si nos cita en la noche no rehusemos las tinieblas”.
Dirección Espiritual:
Recuerde - dijo el padre a uno de sus hijos espirituales - que la madre empieza a hacer caminar al niño sosteniéndolo; pero luego, éste debe caminar solo. También usted debe aprender a razonar sin ayuda.
La Cruz:
Las cruces son regalos del esposo, Soy celoso. Mis sufrimientos son agradables. Solo sufro cuando no sufro.
La cruz es la bandera de los elegidos. No nos separemos de ella y cantaremos victoria en toda batalla.
El que comienza a amar ha de estar preparado para sufrir.
La vida del cristiano no es más que una lucha contínua contra sí mismo. No se consigue la felicidad sino por medio del dolor.
La Noche Oscura:
Nuestro Señor, en cuanto considera nuestra alma lo bastante viril, lo bastante entregada a su servicio, se apresura quitarle las dulzuras de antaño. Llega hasta quitarle la facultad de orar, de meditar, es el abismo en las tinieblas y la aridez.
Esta mudanza aterra: - Qué gran delito habrá cometido el alma, para atraer sobre si tal desdicha. Escudriña su conciencia, pasa por tamiz sus mas insignificantes actos, y al no descubrir nada que justifique su infortunio, saca en conclusión que ha sido abandonada.
- ¡Qué error! Lo que el alma toma por abandono es un favor insigne. Es la transacción de lo inteligible a la duración contemplativa, a la que uno no llega sino purificado. - Si el hombre pudiera comprender que su imposibilidad de fijar su imaginación en un punto determinado se debe al retiro de la luz sobrenatural!. Pero pronto una nueva luz anima la meditación y la vuelve eficaz. - Ah, si el alma pudiera saber que Dios, al apartarse, infunde al mismo tiempo una más pura claridad en el intelecto, la claridad que la hace más apta a las cosas divinas, por encima de lo discursivo, en la visión directa, y absolutamente exquisita, delicada, inefable. Se me objetará si esa luz es a tal punto mejor, el alma debería, con sus poderes multiplicados, captar su objeto. Pero no vamos tan rápido. Los que con gusto se alimentan con comidas ordinarias, simularán disgusto cuando le ofrezcáis manjares mas refinados. Igualmente, para apreciar el estado de oración, hay que haber roto todo lazo.- Dios mío! En esta oscuridad veo una irradiación. Recordadlo, el amor de Dios nunca se sacia.
Información tomada de: www.devocionesypromesas.com y del folleto Padre Pío de Pietrelcina, Italia. Organizado por este servidor.La obediencia...del Padre Pío
Padre Pío:
Heredero espiritual de San Francisco de Asís, el Padre Pío de Pietrelcina ha sido el primer sacerdote en llevar impreso sobre su cuerpo las señales de la crucifixión. Él ya fue conocido en el mundo como el "Fraile" estigmatizado. El Padre Pío, al que Dios donó particulares carismas, se empeñó con todas sus uerzas por la salvación de las almas. Los muchos testimonios sobre su gran santidad de Fraile, llegan hasta nuestros días, acompañados por sentimientos de gratitud. Sus intercesiones providenciales cerca de Dios fueron para muchos hombres causa de sanaciòn en el cuerpo y motivo de renacimiento en el Espíritu.
El Padre Pío de Pietrelcina que se llamó Francesco Forgione, nació en Pietrelcina, en un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Nació en una familia humilde donde el papá Grazio Forgione y la mamá Maria Giuseppa Di Nunzio ya tenían otros hijos.
Desde la tierna edad Francesco experimentó en sí el deseo de consagrarse totalmente a Dios y este deseo lo distinguiera de sus coetáneos. Tal "diversidad" fue observada de sus parientes y de sus amigos. Mamá Peppa contó - "no cometió nunca ninguna falta, no hizo caprichos, siempre obedeció a mí y a su padre, cada mañana y cada tarde iba a la iglesia a visitar a Jesús y a la Virgen. Durante el día no salió nunca con los compañeros. A veces le dije: "Francì sal un poco a jugar. Él se negó diciendo: no quiero ir porque ellos blasfeman". Del diario del Padre Agostino de San Marco in Lamis, quien fuè uno de los directores espirituales del Padre Pío, se enteró de que el Padre Pío, desde el 1892, cuando apenas tenía cinco años, ya vivió sus primeras experiencias carismáticas espirituales. Los Éxtasis y las apariciones fueron tan frecuentes que al niño le pareció que eran absolutamente normales.
Con el pasar del tiempo, pudo realizarse para Francesco lo que fue el más grande de sus sueños: consagrar totalmente la vida a Dios. El 6 de enero de 1903, a los dieciséis años, entró como clérigo en la orden de los Capuchinos. Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Benevento, el 10 de agosto de 1910. Tuvo así inicio su vida sacerdotal que a causa de sus precarias condiciones de salud, se desarrollará primero en muchos conventos de la provincia de Benevento. Estuvo en varios conventos por motivo de salud, luego, a partir del 4 de septiembre de 1916 llegó al convento de San Giovanni Rotondo, sobre el Gargano, dónde se quedó hasta el 23 de septiembre de 1968, día de su sentida muerte.
En este largo período el Padre Pío iniciaba sus días despertándose por la noche, muy antes del alba, se dedicaba a la oración con gran fervor aprovechando la soledad y silencio de la noche. Visitaba diariamente por largas horas a Jesús Sacramentado, preparándose para la Santa Misa, y de allí siempre sacó las fuerzas necesarias, para su gran labor para con las almas, al acercarlas a Dios en el Sacramento Santo de la Confesión, confesaba por largas horas, hasta 14 horas diarias, y así salvó muchas almas.
Uno de los acontecimientos que señaló intensamente la vida del Padre Pío fuè lo que se averiguó la mañana del 20 de septiembre de 1918, cuando, rogando delante del Crucifijo del coro de la vieja iglesia pequeña, el Padre Pío tuvo el maravilloso regalo de los estigmas. Los estigmas o las heridas fueron visibles y quedaron abiertas, frescas y sangrantes, por medio siglo. Este fenómeno extraordinario volvió a llamar, sobre el Padre Pío la atención de los médicos, de los estudiosos, de los periodistas pero sobre todo de la gente común que, en el curso de muchas décadas fueron a San Giovanni Rotondo para encontrar al santo fraile.
En una carta al Padre Benedetto, del 22 de octubre de 1918, el Padre Pío cuenta su "crucifixión": “¿Qué cosa os puedo decir a los que me han preguntado como es que ha ocurrido mi crucifixión? ¡Mi Dios que confusión y que humillación yo tengo el deber de manifestar lo que Tú has obrado en esta tu mezquina criatura!
Fue la mañana del 20 del pasado mes (septiembre) en coro, después de la celebración de la Santa Misa, cuando fui sorprendido por el descanso en el espíritu, parecido a un dulce sueño. Todos los sentidos interiores y exteriores, además de las mismas facultades del alma, se encontraron en una quietud indescriptible. En todo esto hubo un total silencio alrededor de mí y dentro de mí; sentí enseguida una gran paz y un abandono en la completa privación de todo y una disposición en la misma rutina.
Todo esto ocurrió en un instante. Y mientras esto se desarrolló; yo vi delante de mí un misterioso personaje parecido a aquél visto en la tarde del 5 de agosto. Éste era diferente del primero, porque tenía las manos, los pies y el costado que emanaban sangre. La visión me aterrorizaba; lo que sentí en aquel instante en mí; no sabría decirlo. Me sentí morir y habría muerto, si Dios no hubiera intervenido a sustentar mi corazón, el que me lo sentí saltar del pecho.
La vista del personaje desapareció, y me percaté de que mis manos, pies y costado fueron horadados y chorreaban sangre. Imagináis el suplicio que experimenté entonces y que voy experimentando continuamente casi todos los días. La herida del corazón asiduamente sangra, comienza el jueves por la tarde hasta al sábado. Mi padre, yo muero de dolor por el suplicio y por la confusión que yo experimento en lo más íntimo del alma. Temo morir desangrado, si Dios no escucha los gemidos de mi pobre corazón, y tenga piedad para retirar de mí esta situación....”
Por años, de cada parte del mundo, los fieles fueron a este sacerdote estigmatizado, para conseguir su potente intercesión cerca de Dios. Cincuenta años experimentados en la oración, en la humildad, en el sufrimiento y en el sacrificio, dónde para actuar su amor, el Padre Pío realizó dos iniciativas en dos direcciones: un vertical hacia Dios, con la fundación de los "Grupos de ruego", hoy llamados “grupos de oración” y la otra horizontal hacia los hermanos, con la construcción de un moderno hospital: "Casa Alivio del Sufrimiento."
En septiembre los 1968 millares de devotos e hijos espirituales del Padre Pío se reunieron en un congreso en San Giovanni Rotondo para conmemorar juntos el 50° aniversario de los estigmas aparecidos en el Padre Pío y para celebrar el cuarto congreso internacional de los Grupos de Oración. Nadie habría imaginado que a las 2.30 de la madrugada del 23 de septiembre de 1968, sería el doloroso final de la vida terrena del Padre Pío de Pietrelcina. De este maravilloso fraile, escogido por Dios para derramar su Divina Misericordia de una manera tan especial.